Las diligencias policiales de la reyerta en la que se vieron implicadas el pasado miércoles por la tarde dos pandillas en Cambados se saldarán sin detenidos ni investigados penalmente, al menos en un primer momento. Así lo anunciaron ayer fuentes oficiales de la Comandancia de la Guardia Civil, que es la responsable de la investigación de los hechos.

Las citadas fuentes apuntan que se están instruyendo las diligencias, que se enviarán en breve a los juzgados, pero que por el momento no se han encontrado indicios suficientes para proceder a la investigación penal (la antigua imputación) de ninguno de los implicados en el episodio violento.

La Guardia Civil arguye que el altercado se inició en el garaje de una vivienda de Cambados, en la que se habría producido una pelea entre unas personas jóvenes. Al parecer, poco después, una de las personas que participó en ese altercado acudió a un establecimiento hostelero vinculado a uno de los jóvenes con los que se había enfrentado en el garaje, y allí se produjo un nuevo enfrentamiento, hasta el extremo de que tuvieron que intervenir algunos clientes que a esa hora estaban en el local.

Supuestamente, ese hombre abandonó la zona y fue a buscar a unos amigos a un bar próximo al barrio de San Tomé, y regresaron al bar en el que había estado previamente, situado en la avenida de Galicia. Allí, se habría producido un nuevo enfrentamiento entre el grupo de San Tomé y el que se había quedado antes en el bar del centro. Al parecer, una persona tomó un cenicero de pie y golpeó el vehículo del hombre que había ido a San Tomé, rompiéndole la luna trasera y un espejo retrovisor.

La reyerta, que se produjo en una zona céntrica y a plena luz del día, se saldó en un primer momento con dos personas heridas, que fueron atendidas en el centro de salud. No obstante, fuentes consultadas señalan que habría un tercer lesionado, que al parecer recibió un impacto con un bate de béisbol en el garaje.

Una persona implicada en el suceso se dirigió ayer a FARO para dar su versión de los hechos. Afirma al respecto que la culpa es del hombre que acudió al garaje donde se produjo la primera pelea, y que es falso que exista una deuda de 200 euros, como supuestamente manifestó ese implicado ante la Guardia Civil. Según este testimonio, todo se desencadenó debido a las amenazas vertidas por ese hombre tanto en el garaje, como después en la calle y en un bar.