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"Las mafias colombianas han empezado a instalarse aquí"

-¿Le denunciaron o recibió amenazas tras la publicación de "Un lugar tranquilo"?

-No recuerdo ninguna denuncia por el libro, y si la hubo fue por algún asunto menor. En cuanto a amenazas, sí que recibí alguna llamada amenazante en varias ocasiones, pero tampoco sabría decir si por el libro o por los artículos que publicaba en prensa.

-¿En alguna ocasión pasaron de las palabras a los hechos?

-No, pero cuando escribes sobre narcotráfico también sabes que hay ciertos lugares a los que es mejor no ir para no encontrarte con ciertas personas.

-Usted cubrió como periodista la operación Nécora . ¿Qué sintió la sociedad tras el juicio?

-La sentencia fue recibida por la sociedad gallega con una gran frustración porque se habían generado unas expectativas enormes y se esperaban unas sentencias muy duras. Pero después se comprobó que el sumario de Baltasar Garzón tenía muchas deficiencias, de ahí que las penas para algunos capos fuesen tan leves. Pero para los periodistas que cubrimos el juicio no fue una sorpresa, porque durante las vistas ya apreciamos que las bases de la acusación eran poco sólidas. El arrepentido Portabales era un bluf. Él mismo reconoció que lo habían utilizado como una marioneta. Sabía la mitad de la mitad de lo que contó.

-¿Le sorprende que Sito Miñanco haya sido detenido de nuevo por narcotráfico?

-Relativamente. Más de un contrabandista me ha dicho que están enganchados a ese mundo y que no hay nada capaz de rehabilitarlos. Es muy difícil salir del círculo vicioso del dinero fácil. Otros hablan de la adrenalina de saberse al margen de la ley, otros de la ambición. Y también hay honrosas excepciones, como la de los contrabandistas de tabaco que se apartaron cuando entró la droga.

-¿Hubo en los años 80 o 90 riesgo real de que Galicia se "convirtiese" en Sicilia, como se ha dicho en más de una ocasión?

-No, Galicia es incomparable con Sicilia. Cualquier mafia, la siciliana, la colombiana, la turca, tiene ejércitos de gente armada dispuesta a matar a quien haga algo que disguste al capo. Pero la mafiña gallega nunca tuvo gente armada y preparada para matar. Sí ha habido ajustes de cuentas, pero han sido hechos espontáneos por deudas, explosiones de ira. El peligro que corremos es que se instalen aquí las mafias colombianas. Y ya están empezando a hacerlo. Eso sí es inquietante.

-¿Sigue defendiendo la legalización de las drogas?

-Sí, porque mientras haya demanda habrá oferta, y los beneficios que deja el narcotráfico son estratosféricos. Cada vez lo tengo más claro, aunque parezca que a nadie le interese ni siquiera abrir el debate. Con la situación actual seguiremos ganando batallas y perdiendo la guerra. Parece que al meter a los grandes capos en la cárcel se soluciona el problema, pero no es así.

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