El Instituto de Valga albergó esta mañana una curiosa actividad: Un campeonato de soldadura para mujeres. Participaron quince alumnas de 4º de ESO y 1º de Bachillerato que demostraron que están tanto o más capacitadas que los hombres.

Así lo destacan en el Concello de Valga, donde hacen hincapié en el papel de Sara Iglesias, única alumna del ciclo de Soldadura y Calderería. Es joven, pero lo tiene muy claro, sobre todo cuando declara: "Mis profesores de ESO y de Bachillerato no estaban de acuerdo y me decían que no me iba a gustar y que me arrepentiría, pero mi familia y amigos siempre me apoyaron, y gracias a eso y a mi personalidad, seguí adelante".

De este modo el instituto valgués y el Concello hicieron una clara apuesta por la igualdad y en defensa de la mujer. Y apostaron por este concurso de soldadura desde el convencimiento de que "la igualdad también se promueve soldando". "Excesiva masculinización"

Evidentemente, al mismo tiempo que aprovecharon la actividad para promocionar el Ciclo de Soldadura entre las mujeres y denunciar que "la excesiva masculinización de esta profesión no es cuestión de capacidades, sino que se debe a inercias culturales y de tradición".

Explican en el gobierno del conservador José María Bello Maneiro que "una preselección inicial dio paso al concurso, en el que participaron un total de quince alumnas que tuvieron que hacer un cordón de soldadura por hilo mediante el procedimiento MAG y bajo supervisión de Jesús López, profesor del Ciclo Medio de Soldadura y Calderería y del Ciclo Superior de Construcciones Metálicas".

En ellos, como queda dicho, solo hay una mujer porque "este es un trabajo tradicionalmente de hombres", de ahí la necesidad y las ganas de demostrar "que las mujeres están igualmente capacitadas".

En esto incide el director del instituto, Roberto Barral, al decir que "la masculinización de estos ciclos no se basa en ninguna razón objectiva, y por tanto entre todos tenemos que cambiar la visión de la sociedad, comenzando desde la educación".Ainoa Castro y Alba Fernández

Lo más importante en la actividad llevada a cabo esta mañana en el instituto de Valga era el mensaje; lo que menos, quizás, el resultado final del concurso. En cualquier caso bien vale la pena destacar que Ainoa Castro se proclamó campeona y que Alba Fernández alcanzó el segundo puesto, por lo que recibieron sendos diplomas y fueron gratificadas con 50 y 25 euros, respectivamente.

En el Concello esgrimen que "lo importante fue la experiencia y lo que pudieron aprender de ellas las participantes".

Ainoa Castro también lo entiende así. "Era la primera vez que soldaba y ahora incluso me planteo estudiar este ciclo", manifiesta la joven, convencida de que "debería haber más mujeres en esta profesión".Sara Iglesias, un ejemplo para otras jóvenes

Mención especial merece, por tratarse de un ejemplo a seguir para muchas jóvenes de Valga y toda la comarca, Sara Iglesias; una vecina de Rois con 19 años que, como se explicaba anteriormente, es la única mujer en el Ciclo Medio de Soldadura y Calderería que se imparte en el IES de Valga. "Y creo que soy la única de Galicia", explica la propia estudiante, que eligió por casualidad esta rama profesional.

"Cuando estaba en 1º o 2º de ESO la verdad es que no tenía en la cabeza ninguna profesión que me interesara especialmente, pero un día vi que un amigo tenía un folleto de orientación en el que aparecía este ciclo. Yo no lo tenía porque a mi me dieron a elegir otros, como peluquería y química. La verdad es que me llamó la atención y empecé a ver vídeos en internet, mientras que mi padre y mi tío, que es soldador, me explicaban en qué consistía esta profesión", relata.

Fue así como "poco a poco me fui interesando por esto, y aunque al principio no estaba segura de que la elección fuera la correcta, ahora sé que si, e incluso me gusta más de lo que pensaba".Los compañeros la apoyan

Apunta también que sus compañeros "me tratan como una más, y aunque al principio tenía algo de temor a sentirme excluida del grupo, lo cierto es que entre todos hicieron que mi adaptación fuera fácil".

Es por todo ello que Sara Iglesias anima a todas las estudiantes "a que sean ellas mismas las que elijan su futuro, dejando a un lado las tradiciones o estereotipos; deben tener criterio propio y no dejarse influenciar porque, si les sale mal, siempre tienen la opción de dejarlo y hacer otras cosa".