Una de las peores épocas del pequeño comercio de Vilagarcía. Así define la presidenta de Zona Aberta, Rocío Louzán, la coyuntura que atraviesan -durante demasiado tiempo ya- los negocios de la capital arousana, con un trasiego constante de aperturas y cierres que se van compensando unos con los otros, logrando mantener el tejido comercial de la ciudad. Por ahora. La presidenta de los comerciantes de Vilagarcía advierte de que si esta -prolongada- mala racha persiste, "van a cerrar muchos más" establecimientos. De hecho apunta que ya han echado el candado algunos tradicionales, que llevaban décadas funcionando en la ciudad. "Los bajos vacíos son perjudiciales para toda la ciudad, no solo para nuestro sector", considera.

Un termómetro de la época de vacas flacas que sufre el comercio local lo constituyen las rebajas. La mayoría de las tiendas de Vilagarcía finalizaron el pasado fin de semana su periodo de descuentos de invierno tras casi dos meses con sus productos de saldo. Lejos quedan aquellas colas e "ilusión" en el inicio de las rebajas para muchos compradores. Y es que de un tiempo a esta parte los comercios pueden ofrecer descuentos en cualquier momento del año tras la liberalización que contempla la ley. Una medida que muchas asociaciones de comerciantes consideran perjudicial para el sector. La de Vilagarcía es una de ellas. "Antes teníamos un planing anual de rebajas, pero ahora falta regulación", lamenta la presidenta de Zona Aberta, Rocío Louzán.

Califica estas rebajas de invierno de "bastante flojas", pues "ha sido una campaña nada buena". Los motivos son varios. Un cóctel que mantiene al sector con los ánimos por los suelos. "En mi familia llevamos más de 70 años con el negocio [de bicicletas] y el actual es uno de los momentos más difíciles. Hubo épocas malas, pero no como ésta. Ahora solo piensas en subsistir", relata Rocío Louzán.

La venta de productos a través de las páginas de internet ha hecho mucho daño al pequeño comercio. Ofrecen precios con los que les resulta imposible competir y llevan los artículos a domicilio en cuestión de horas, sin necesidad de moverse del sofá. Da igual que llueva, truene o haga frío. "La gente mira fundamentalmente el precio de lo que compra, no el servicio. Y yo lo entiendo, porque la situación económica en esta comarca no mejora, solo hay que ver la cifras de paro", observa la comerciante. De hecho esa pérdida de poder adquisitivo entre los consumidores es otra de las causas a las que el sector atribuye estas "malas" rebajas que acaban de terminar.

Además de la venta on line (más dañina que las grandes superficies en opinión de Louzán), de los altos índices de desempleo y de la coyuntura económica, las condiciones meteorológicas también han jugado una mala pasada a los comercios vilagarcianos. Y en general, a los de toda Galicia, debido a las precipitaciones que se vienen repitiendo desde hace dos meses. "El frío incluso nos beneficiaría, pero la lluvia no. Si llueve la gente apenas sale de casa", sostiene la presidenta de Zona Aberta.

Coincide con la asociación de autónomos UPTA en que un buen número de nuevos establecimientos en la comarca abren "por desesperación" y funcionan durante un periodo breve de tiempo. Es decir, que cesan pronto su actividad. "Los que van abriendo compensan a los que cierran, pero lo que más se nota es la falta de continuidad. Hay que darle un tiempo al negocio. A lo mejor durante el primer año no hay beneficios", comenta Rocío Louzán.

Ahora que ha concluido la campaña de invierno, en unos días Zona Aberta comenzará con la del Día del Padre, que es la antesala de la de primavera.