Ni brotes verdes ni nada que se le parezca. Las economías domésticas no han salido de la crisis. Cáritas de Santa Baia de Arealonga, la parroquia del centro de Vilagarcía (la más poblada de Galicia con casi 22.000 habitantes), repartió a lo largo del año pasado un total de 467 ayudas sociales por importe de 28.823 euros. La nueva directora de la entidad, Consuelo Rey, asegura que la demanda asistencial por parte de las personas sin recursos continúa creciendo: "Hay mucha necesidad. La crisis va poco a poco haciendo caer a muchas familias aún ahora". La mayoría de ellas tienen hijos menores de edad.

El mayor desembolso ha ido a parar a sufragar gastos de alquiler de los usuarios. Concretamente 7.960 euros. Le siguen las ayudas en educación, es decir, las destinadas a la compra de material escolar. En este fin Cáritas ha invertido 6.618 euros.

El tercer lugar lo ocupan los cheques de alimentación (por valor de 5.490 euros), que se suman a los paquetes de alimentos no perecederos que distribuyen desde San Vicente de Paúl. Los cheques se canjean por productos frescos en un supermercado en concreto.

En ningún caso se entrega dinero en metálico a los usuarios. Por ejemplo en el caso de los gastos farmacéuticos (2.071 euros en 2017), la persona en cuestión lleva a la oficina de Cáritas -ubicada junto a la iglesia parroquial de Santa Baia- la relación de medicamentos prescrita por su médico y acude a una farmacia en concreto donde se los dispensan. El mismo procedimiento se sigue para el material escolar en una librería, para la alimentación en el supermercado o para las bombonas de butano en un establecimiento determinado.

Tras las ayudas de alquiler, educación, alimentos, butano y salud, por debajo de los 2.000 euros se encuentran las de suministro eléctrico (823 euros) y transporte (416 euros). Estas últimas ayudas se conceden, por ejemplo, para desplazamientos al Hospital, entre otros asuntos.

Donativos

Cáritas Parroquial necesita voluntarios y también donativos, pues una buena parte de sus ingresos procede de las colectas que se realizan el primer domingo de cada mes en misa y también de la solidaridad de los feligreses realizada en otros momentos. "Algunas personas usan los sobres de donativos en los buzones que hay en la entrada del templo. Otras los entregan a través de los voluntarios personalmente", explica la directora de Cáritas Parroquial, Consuelo Rey Meijide, que ha sustituido a Xermán Torres al frente de la entidad. "Alimentos no solemos recoger. En San Vicente de Paúl recogen ropa y artículos en buen estado", agrega la responsable de la ONG religiosa.

Si desglosamos las ayudas prestadas por número y no por importe, las mayoritarias son las de gas butano, pues a lo largo de 2017 Cáritas Parroquial entregó 185. Le siguen los cheques de alimentos (111), los gastos en farmacia (77), en arrendamiento (33), en luz (19) y en transporte (13).

Los voluntarios de Cáritas de Santa Baia de Arealonga prestan su atención en las oficinas ubicadas junto a la iglesia todos los lunes, miércoles y viernes en horario de tarde. Aunque el funcionamiento es de 18.30 a 19.30 horas, si la demanda así lo requiere comienzan antes y terminan más tarde. El año pasado implantaron un sistema de cita previa mediante la entrega de un número con el turno para evitar colas y esperas.