Durante la jornada de ayer se produjo un nuevo vertido al río Cañón, un afluente del Umia que nace en el monte de San Lourenzo de Meis. Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil están investigando los hechos, si bien desde la Comandancia no han querido aportar dato alguno del incidente.

La alarma saltó debido a la coloración blanquecina que tenía el cauce fluvial, de ahí que se llamase al Seprona. No es la primera vez que el río Cañón sufre un episodio de estas características, de ahí que también acudiesen a la zona técnicos del Ayuntamiento y el propio alcalde de Meis, José Luis Pérez.

Supuestamente, había indicios de que la emisión podía proceder de la zona de canteras de piedra existente en el monte de San Lourenzo de Nogueira, de ahí que los guardias civiles acudiesen al curso alto del río y echasen allí un reactivo químico para intentar hallar el foco del vertido.

Este reactivo provocó que el agua tomase una coloración verde muy vistosa, lo que alarmó a muchos vecinos. No obstante, ese líquido es solo un reactivo y es inocuo para el medio.

Los agentes también tomaron muestras de agua, y han iniciado una investigación para intentar concretar el origen de la emisión.