Evitar que las toallitas húmedas acaben siendo arrojadas por el retrete se ha convertido en una de las grandes obsesiones del grupo de gobierno de A Illa que, en las próximas semanas, tiene previsto lanzar una campaña agresiva para concienciar del grave daño que provocan estos elementos higiénicos en el alcantarillado. La idea es editar una serie de folletos, que se repartirán por las casas, en un formato muy similar al de las cajetillas de tabaco, con fotografías de como estos elementos de higiene dejan los bombeos e informando de que, por mucho que en los envases se diga que son biodegradables, no se deshacen con la suficiente rapidez como para no provocar una importante avería.

La decisión de lanzar una campaña tan llamativa se fundamenta en que la red sigue recibiendo este tipo de desechos. Pese a los problemas que se registraron en los últimos meses la concienciación ciudadana no se ha conseguido, por eso "vamos a lanzar esta campaña, con flyers en los que se muestren varias fotografías de lo que ocurre en los bombeos, tratando de que la gente se dé cuenta del coste que supone para un Concello, con recursos limitados, hacer frente a las averías que provocan las toallitas húmedas", explica el edil de obras, Luis Arosa. Insiste en que "pretendemos que sea una campaña clara y directa, en la que expliquemos que no deben ser arrojadas por el retrete".

De hecho, el Concello tuvo que destinar más de 70.000 euros a la limpieza del alcantarillado el pasado año, la mayor parte de ese dinero, orientado a acabar con los problemas que genera la acumulación de toallitas en un pozo de bombeo, donde acaban convirtiéndose en una pasta muy difícil de eliminar, que amenaza con dañar el motor del mismo.

Eso fue lo que ocurrió unos días antes de finalizar el año, cuando se detectó una importante avería a la altura de la avenida Castelao. El Concello tuvo que proceder a la limpieza de toda la red en esa zona, descubriendo un pozo de bombeo que se encontraba totalmente obturado e impedía el buen funcionamiento del alcantarillado. El Concello tuvo que recurrir a la contratación de una empresa especializada para acabar con el problema.

El de A Illa no es el primer Concello que sufre las consecuencias del uso de las toallitas húmedas, ya que en muchas grandes ciudades se han convertido en un serio contratiempo para la administración municipal pese a las constantes advertencias sobre que no se arrojen al inodoro por los problemas que acaban provocando.