El viñedo es uno de los cultivos que más tratamientos químicos demanda, y más cuando se trata de una variedad sensible como es la albariña, y se encuentra junto a la costa, influenciada por tanto por la humedad y las brisas marinas. Sin embargo, también hay otra forma de producir uva para hacer vino, más natural y ecológica.

Media docena de productores de O Salnés ensayan actualmente en sus plantaciones con la conocida como "viticultura natural", que rehuye del empleo de compuestos procesados en laboratorio para el tratamiento de sus plantas, en contra de lo que es habitual en la viticultura convencional.

Estos cosecheros se unen a los que están trabajando con "viticultura ecológica" y los que han probado con la "biodinámica". Las tres modalidades tienen semejanzas, como es la apuesta por los productos naturales para los tratamientos del viñedo. Pero también diferencias, de ahí que por el momento solo la ecológica cuente con una certificación oficial.

Ese es precisamente uno de los objetivos por los que quieren luchar los productores de "viticultura natural", que en su día intentaron introducir ese lema en sus botellas de vino, pero se encontraron con la negativa del Consello Regulador Rías Baixas, que no lo autorizó al no existir ningún organismo, ni público ni privado, que emita un certificado de producto "natural", como sí existe con los "ecológicos".

El bodeguero de Cambados Eulogio Pomares explica que en su día hubo un intento de crear una asociación gallega que aglutinase a estos productores, pero la idea no fraguó. Actualmente, lo están intentando de nuevo, pero con expectativas aún más ambiciosas. "Queremos asociarnos a nivel nacional con gente de otros puntos de España, y contar con un organismo que nos realice la certificación de las producciones".

Agricultura ecológica

Actualmente, existe en Galicia un consejo regulador de Agricultura Ecolóxica, con sede en Monforte de Lemos (Lugo). El Craega (Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica de Galicia) tiene entre sus socios a algunos viticultores incluidos en la denominación de origen Rías Baixas, pero todavía son una cifra testimonial.

Entre estos se encuentran el vilanovés Julio Reboredo, que es vicepresidente de Rías Baixas y gerente de la firma Viña Maráns, que tiene una plantación ecológica en Portas; o Natalia Rodríguez, gerente de la bodega Corisca, de Tui, cuya producción es cien por cien ecológica.

Julio Reboredo afirma que el territorio de O Salnés es poco propicio para los viñedos ecológicos. "Veo muy difícil hacer viticultura ecológica en O Salnés. Tiene un clima atlántico muy húmedo, determinado por la cercanía al mar, y el minifundismo también perjudica, porque para obtener el sello de agricultura ecológica la plantación no puede estar pegada a otra que haga agricultura convencional. Así que para llevar un viñedo ecológico en esta zona habría que irse a un lugar aislado y alejado de la costa, en el monte. Tal vez valdrían algunos terrenos de Meis, y si no habría que irse a Barro, Caldas o Portas".

Eulogio Pomares, por su parte, también cree que los viñedos ecológicos tienen poco futuro en O Salnés, "porque el reglamento de la agricultura ecológica no se adapta a nuestro entorno, y nunca hubo un intento real de adaptarlo ni al albariño ni a Rías Baixas". Sin embargo, está convencido de que las producciones "naturales" sí pueden prosperar. En su opinión, esa filosofía es precisamente la que demandan cada vez más los mercados.

La uva ecológica, de hecho, se cotiza al alza.

Menos uva, pero más cara

Julio Reboredo es perito agrícola y empezó a probar con la viticultura ecológica hace unos cinco años, por lo que su plantación todavía es joven, y no se atreve a sacar conclusiones definitivas. "Aún no sabemos lo que sucederá cuando estemos en plena producción y con la vegetación cubierta".

El vicepresidente de Rías Baixas se aventuró por ese camino, "porque estamos convencidos de que hay que tender a hacer producciones más sostenibles". Plantea que lo que ha visto en estos primeros años de ensayo es que la producción es mucho menor que en la viticultura convencional, pero que a cambio la uva se vende más cara. "Nosotros la hemos vendido a dos euros el kilo, cuando el precio medio fue de poco más de un euro para la uva de viticultura convencional. Entendemos que el valor añadido de la uva ecológica es mayor, con lo que compensa la menor producción".

Así lo cree también Natalia Rodríguez, una abogada que en 2007 decidió colgar la toga y poner en marcha una explotación ecológica en las dos hectáreas de viñedos que su padre tenía entre O Condado y O Rosal, en el sur de la provincia de Pontevedra.

Su bodega, ubicada en Tui, es actualmente la única de la denominación de origen Rías Baixas que obtiene la totalidad de su vino con métodos ecológicos. El precio medio de una de sus botellas de albariño se sitúa entre los 14 y los 15 euros. Eso sí, la producción es muy inferior a la de la viticultura convencional. En algunos casos, las plantaciones ecológicas dan un tercio de la uva de las tradicionales.

Pero en opinión de Natalia Rodríguez, menos es más. "Llevamos una trayectoria en la que lo que se prima es hacer mucha cantidad de vino. Eso es lo primero que hay que eliminar. No hay que pensar en meter kilos y kilos de uva en bodega, sino en meter una uva equilibrada, sana, natural. Para mí lo principal de un vino es su autenticidad, que tenga un sabor auténtico, no camuflado con otras cosas".

Como ella, Eulogio Pomares también cree que los vinos "naturales" tienen otro sabor. "Realmente reflejan el terroir, la parcela de la que proceden. Son vinos con una mineralidad mucho más marcada".

Clones contra el mildiu

La Estación de Viticultura e Enoloxía de Galicia (Evega) ya ha terminado su investigación clonal del albariño. El objetivo de este estudio genético iniciado en 1990 era seleccionar las mejores cepas de cada plantación para "clonarlas" y obtener de ese modo nuevas maderas, más resistentes a diferentes enfermedades.

La investigación se inició con la selección de 112 cepas, de las cuales años más tarde se escogieron solo 34, la mayoría de O Salnés. Y aún se realizó una tercera criba, de la que han quedado 10 "clones", que en teoría reúnen las mejores condiciones posibles en cuanto a potencial productivo, grado alcohólico y acidez.

La Evega está en Leiro (Ribadumia) y es un centro dependiente de la Consellería do Medio Rural. El sector espera con gran expectación que la administración ponga a su disposición esos "clones" de las mejores cepas. En opinión de Julio Reboredo, eso podría marcar un punto de inflexión para la viticultura ecológica, pues los productores estarían en disposición de obtener una planta más resistente al mildiu, que es el gran caballo de batalla contra el que luchan este tipo de productores.

En cualquier caso, Eulogio Pomares advierte de que la decisión de hacer viticultura ecológica, biodinámica o natural no debe tomarse de la noche para la mañana. "La agricultura ecológica no funciona si te limitas a sustituir los tratamientos. Hay que replantearse todo el viñedo, dedicarle pasión y estar dispuesto a perder algunas cosechas".