Manuel Bouzas es el claro ejemplo de otro talento arousano de exilio forzoso. Su calidad y capacidad como ingeniero informático le ha llevado a alcanzar la cima en lo que a investigación y desarrollo se refiere. Su lugar de trabajo está en Ginebra y se trata, ni más ni menos, que el CERN, o lo que es lo mismo, el lugar del que depende el bienestar presente y futuro del planeta y, por ende, de los seres humanos.

- Lo de usted con los estudios tuvo que ser un idilio desde el primer momento. ¿Buen estudiante de siempre no?

-Bueno era buen estudiante en lo que me gustaba, pero sí que solía sacar buenas notas. Como todo el mundo, siempre tuve mis materias favoritas y otras que me gustaban menos. Aunque para nada era el típico chico de estar en casa todo el día estudiando. Me gustaba jugar al fútbol con mis amigos, andar en bici, escuchar música, lo típico de un niño. De hecho jugué al fútbol hasta llegar a la Universidad y la música, con la informática, es mi gran pasión. Creo que si uno se organiza bien tiene tiempo para todo.

- ¿Cómo y cuándo surgió su pasión por la informática?

-Desde que tengo uso de razón en mi casa siempre hubo ordenadores. Mi padre, ya en los años 80 apostó por la informática. En eso fui un privilegiado porque ya desde muy pequeño empecé a "trastear" con ordenadores. Con 10 u 11 años ya le desmontaba el PC a mi padre, le metía un poco de RAM por aquí, cambiaba el disco duro, hacía mis programas en Visual Basic y Pascal, etc.... Creo que al principio lo veía mas como un juego y más tarde se convirtió en mi vocación. Sin el apoyo de mis padres y mi hermana nunca podría desarrollar mi vocación. Comprar ordenadores a finales de los 80 y principios de los 90 no era nada barato, o las primeras conexiones a internet mediante la línea de teléfono convencional con módems de 56K tampoco eran baratas. Mis padres siempre se esforzaron para que tuviera todos los medios necesarios para progresar, sin duda estar hoy en día donde estoy, es gracias a ellos.

- ¿Su carrera como ingeniero debió ser de lo más prometedora porque su salto al mundo laboral fue inminente?

-Creo que un punto de inflexión fue cuando cursé Ingeniería Informática Superior. Anteriormente cursara Ingeniería Técnica y la verdad que fue muy dura porque el primer año casi no toqué un ordenador, mucho cálculo, álgebra, matemáticas discretas etc.? pero al dar el salto a la Ingeniería Superior empecé a programar, a diseñar, al análisis y toma de requisitos... Fue algo que me enganchó y mejoré mi expediente académico una barbaridad. Otra de las claves fue irme a Italia a realizar mi proyecto de fin de carrera. Esta experiencia internacional me abrió muchas puertas laboralmente, además de que obtuve matricula de honor en el proyecto. Antes de terminar la carrera ya tenía varias ofertas, pero preferí terminar los estudios e inmediatamente dar el salto al mundo laboral. Tener una buena formación lo considero básico para adentrarse en el mundo laboral.

- Empezó en la banca digital en una época clave en la expansión tecnológica. Supongo que serían épocas de mucho trabajo.

-Sin duda, vivir esa transformación digital en el sector bancario me curtió en todos los sentidos. Muchas horas de trabajo, un continuo aprendizaje de nuevas tecnologías, muchos retos e ilusiones, etc.. Mudarme a Madrid justo al terminar la carrera y empezar en ING Direct como ingeniero de Software fue todo un desafío para mí. Recuerdo que tuve que esforzarme muchísimo, nuestro ámbito laboral está cambiando continuamente y si uno no quiere quedarse obsoleto, además de trabajar, tiene que formarse continuamente. Es una profesión muy sacrificada.

- Incluso tuvo la suerte de poder elegir pasar de un banco a otro. ¿Le llovían las ofertas?

-Bueno, en los tiempos que corren los ingenieros informáticos tenemos la suerte de recibir ofertas frecuentemente. Estamos viviendo una revolución digital continua. Nuestros hábitos de vida poco tienen que ver con los de hace 20 o 30 años y los perfiles digitales tienen mucho presente y futuro en la sociedad y en el mercado laboral. Tras ING decidí unirme a BBVA Globalnet. Fue una etapa muy bonita, una empresa donde apostábamos mucho por la innovación, estábamos a la última en tecnología (Cloud Computing, Big Data, Machine Intelligence, etc.) y el nivel técnico de mis compañeros era muy alto. Aprendí muchísimo en esta etapa, fue un crecimiento exponencial, y ver que tus desarrollos e implementaciones (webs, aplicaciones, métodos de pago) son usados por la sociedad te anima a seguir creciendo.

- Y tras cuatro años en la banca electrónica su vida laboral dio un giro radical. A la Organización Europea para la Investigación Nuclear con sede en Ginebra, comúnmente conocida como CERN.

-Pues sí. Un cambio un poco radical, pero ha sido una de las mejores decisiones que he tomado. Desarrollar y mejorar mis habilidades en la mejor comunidad científica del mundo es un orgullo. Echando la vista atrás, uno valora que el CERN es un sitio único. Codearte con la élite científica mundial es muy enriquecedor en todos los sentidos. Día a día, no solo mejoro mis habilidades técnicas, sino también las personales. El CERN apuesta por ti desde el primer momento, tengo al alcance muchísima formación (cursos, seminarios, conferencias internacionales, etc.) para mejorar mis competencias personales, sociales y tecnológicas. Y sin duda los proyectos en los que uno se involucra son apasionantes. Además el CERN te proyecta a un escaparate global, me ha dado la posibilidad de dar conferencias, presentando mis proyectos en Europa y USA, y obteniendo reconocimiento. Ahora mismo mi red profesional de contactos es amplísima y los proyectos laborales en los que estoy involucrado son muy punteros. En resumen, tanto personalmente como laboralmente estoy encantado con el paso dado.

- Vive usted en una especie de ciudad creada para los 10.000 trabajadores del CERN.

-Vivo a dos kilómetros de mi oficina, es decir, que puedo ir andando o en bici. El CERN efectivamente es como una miniciudad, tenemos restaurantes, correos, agencia de viaje, bancos, hoteles, hasta nuestro propio servicio de bomberos, pero los trabajadores solemos vivir en Ginebra o los pueblos de alrededor (Meyrin, St Genis, Prevessin). La verdad es que tener tantos servicios en tu lugar de trabajo nos facilita mucho nuestro día a día. Sin duda recomiendo visitar el CERN, uno se empapa de ciencia, de física, de tecnología? Hay multitud de experimentos, de salas, de curiosidades que visitar. ¡Estáis invitados!

- ¿Costará desconectar del trabajo con los vecinos?

-Es muy fácil desconectar del trabajo. En el CERN trabajamos y convivimos científicos de mas de 100 nacionalidades, por lo que es muy enriquecedor tomarte algo con algún compañero después del trabajo, y charlar de los diferentes gustos, cultura, hobbies de cada uno. Además tenemos mas de 50 clubes-asociaciones (desde submarinismo, esquí, música, astronomía, cine, baile?.) donde es normal que cada empleado pertenezca a uno o varios clubes por lo que la semana ya la tienes ocupada: que si clases de francés, que si club de cine, que si club de fotografía? Personalmente pertenezco al club de música y salir de trabajar y tener locales de ensayo en tu lugar de trabajo es un autentico lujo para desconectar.

- ¿En qué consiste su trabajo?

-Como anteriormente mencioné soy ingeniero informático, pero más específicamente ingeniero de Software, dentro del organigrama del CERN pertenezco al departamento de Beams, en concreto a un grupo de ingenieros que nos encargamos de desarrollar, implementar y mantener un sistema SCADA industrial (es decir Supervisión, Control y Adquisición de datos). Además estoy en el equipo de desarrollo de aplicaciones Java y web, proporcionadas a los operadores del Centro de Control del Cern (CCC), para monitorizar el comportamiento de las infraestructuras. Estas aplicaciones les permiten reaccionar en tiempo real ante alarmas, supervisar operaciones de mantenimiento o controlar el acceso al acelerador de partículas. También en mis primeros años en el CERN, fuí el responsable de integrar, implementar y diseñar el nuevo LMS (Learning Management System), así como desarrollar nuevas mejoras en las aplicaciones de training existentes utilizando diversas tecnologías. Sin entrar mucho en detalles técnicos, siempre estuve involucrado tanto en la parte back-end como en el front-end, tomando requisitos con los usuarios, desarrollando e integrando la nueva aplicación dentro del ecosistema del CERN. En temas de volumen de datos, tenía que gestionar cerca de 20.000 usuarios con un volumen de 60.000 participaciones por año, lo que son aplicaciones de training.

- Dada su formación y capacidad tendría asimilado desde muy pronto que su futuro laboral estaba encaminado lejos de Vilagarcía.

-La verdad es que es un poco triste la pregunta, pero muy realista. Asumimos que si uno tiene conocimiento o talento en una materia va a tener que emigrar para desarrollarse, para progresar. Personalmente, estudié en un colegio público (Vilagarcía), en un instituto público (Vilagarcía) y en una universidad pública (Universidad de Vigo) y uno siempre tiene la ilusión de poder trabajar en su tierra, pero es frustrante ver la falta de buenas oportunidades, ver que no se valora el conocimiento, ni la formación ni las ganas. Es un sinsentido ver como las generaciones, que cada vez están más y mejor preparadas, tienen que emigrar. En definitiva, ya desde muy joven tenía claro que si quería progresar y que me valorasen, me tendría que ir lejos. Por ahora no me pongo barreras, aún soy joven y como me dice mi novia "un culo inquieto", así que si un proyecto me atrae y puedo unirme, no dudo en ir a por él, esté lo lejos que esté. Puede parecer un poco egoísta, pero siempre he contado con el apoyo y animo de los míos.