Otro bolardo de la Rúa Real ha salido disparado tras recibir el impacto de un coche. Sucedió el viernes por la noche, y es el segundo caso de estas características que se produce en menos de 20 días en esta céntrica calle de Cambados. El episodio en esta ocasión se ha saldado sin daños personales, pero ha ahondado la preocupación del concejal de Seguridad, José Ramón Abal, que la próxima semana empezará a reunirse con los hosteleros del vial.

El accidente de anteayer se produjo poco antes de las 23.00 horas, y según testigos presenciales el conductor del vehículo implicado iba demasiado rápido para la zona. Al parecer, tras impactar contra el pivote metálico invadió parte de la acera reservada a los peatones. Por fortuna, estaba lloviendo, por lo que no había nadie en las terrazas de los bares y restaurantes existentes en esa vía colindante con la plaza de Fefiñáns. Gracias a ello, no hubo que lamentar heridos, como sí sucedió en el siniestro de finales de enero pasado.

José Ramón Abal declaró que este segundo accidente en apenas dos semanas con los bolardos de la Rúa Real demuestra que "el peligro está ahí, el riesgo siempre existe", y que "los hosteleros también deben estar preocupados porque está en juego la seguridad de sus empleados y de los clientes". Por ello, el edil considera que "hay que acelerar aún más la toma de decisiones", y no descarta proponer con carácter ya inmediato alguna medida, "como el cierre de la Rúa Real los fines de semana".

Abal Varela aclara que en cualquier caso se trata de una propuesta que se va a abordar con los hosteleros, que van a ser citados para una reunión individual con el edil a partir del lunes próximo.

"Hasta ahora no había sucedido nada de este tipo, pero ahora ha pasado dos veces en poco tiempo. Está claro que hay que actuar de algún modo", resume José Ramón Abal, que después del primer accidente ya puso sobre la mesa la posibilidad de peatonalizar la Rúa Real.

Esta calle tiene una densidad de tráfico elevada. Es el paso natural desde la plaza de Fefiñáns al centro de Cambados, al comunicar con viales como Príncipe o la avenida de Madrid, que desembocan a su vez en A Calzada y la avenida de Vilariño. Además, tiene la particularidad de que es uno de los epicentros comerciales y hosteleros de la villa, muchos de los cuales cuentan con terrazas que se montan en las aceras.

La calle se peatonalizó a principios de la década pasada, y el modelo utilizado fue el de compatibilizar el paso de los vehículos con el uso peatonal. Así, las personas disfrutan de dos aceras anchas, y los coches pasan por un carril de sentido único, y separado de las aceras por unos bolardos metálicos. El accidente de enero pasado, en el que resultó herida una mujer a la que le cayó un bolardo en la espalda, ha reabierto el debate sobre la seguridad de este tipo de calles.