El sector arousano del mejillón está pasando por uno de los mejores momentos de los últimos años debido a la inusual ausencia de episodios generalizados de biotoxinas en la ría. En lo que va de año no se ha producido ningún episodio relevante, y en 2017 el número de días que se prohibió la extracción fue el menor desde 2008 en buena parte de los polígonos de bateas de Arousa, según los datos oficiales del Instituto Tecnolóxico do Medio Mariño (Intecmar). Una situación que los dirigentes mejilloneros celebran, pues el mercado está estable y se evitan los roces que sí suceden con mayor facilidad en épocas de turbulencia.

Generalmente, a lo largo del año se producen un par de episodios de estas características, conocidos como "mareas rojas", que suelen ser en primavera y otoño. Pero 2017 fue benigno en ese sentido, al menos en la ría de Arousa.

En primavera cerraron algunos polígonos de bateas, pero la afectación no fue generalizada. Y el pasado otoño apenas hubo parón. "Hace año y medio que el mercado no está desabastecido", afirma un dirigente bateeiro arousano.

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A día de ayer, por ejemplo, estaban abiertos todos los polígonos de bateas gallegos, a excepción de dos de cultivo de ostras, situados en Redondela y O Grove. Y a mediados de octubre pasado, durante uno de los episodios de concentración de biotoxinas, sí hubo cierres generalizados en las rías de Muros-Noia o Pontevedra, pero en cambio en las de Arousa y Vigo se podía trabajar con normalidad.

Unas tres semanas después, las biotoxinas ya habían obligado a frenar la extracción de producto en buena parte de la ría de Vigo, mientras que en la de Arousa solo había veda en los parques exteriores de O Grove. A principios de diciembre, en cambio, la práctica totalidad de los bateeiros gallegos ya iban al mar como en cualquier otro momento del año.

Esta situación favorece a los productores, pues el mercado no se ha quedado desabastecido en ningún momento. Esto tiene al menos dos consecuencias positivas. La primera es que no se produce una entrada importante de bivalvo extranjero, algo que los bateeiros gallegos temen mucho porque siempre existe el riesgo de que alguno se quede en el mercado, desplazando al gallego. En segundo lugar, al no haber periodos de toxinas muy largos, los productores no se ven obligados a poner en el mercado cantidades ingentes de marisco en cuanto se produce la apertura. Y eso evita el desplome de los precios por la sobreoferta, y los eventuales enfados entre productores.

El presidente del Consello Regulador Mexillón de Galicia, Francisco Alcalde, apunta en primer lugar que si bien en la ría de Arousa la afectación en 2017 sí fue mucho menor que en años precedentes, "en las rías de Pontevedra y Muros-Noia sí se vieron afectados". Además, destaca que el mejillón que se ha quitado de las bateas es bueno, de ahí que los compradores se abalanzasen sobre él. "Hubo abundancia de fitoplancton, lo que propició que el mejillón tuviese mucho rendimiento en carne. Podemos decir que durante la campaña ha habido un producto excelente". "Se ha notado un incremento en la demanda del mercado, y eso ayudó a que no hubiese tensión en las ventas", añade Alcalde.

Por el momento no están cerrados los datos oficiales de producción de 2017 -la Xunta de Galicia los hará públicos presumiblemente en marzo, y también están pendientes de publicar los del consejo regulador Mexillón de Galicia-, pero todo apunta a que serán muy superiores a los de 2016, 2015 o 2014. Esos dos años la afectación de las biotoxinas fue muy superior.

A modo de ejemplo, el año pasado no hubo ni un solo día de cierre en polígonos como el Pobra A o el Vilagarcía A, pero en 2016 habían sido 48 y 52, respectivamente. Y en el Grove C2, en 2017 los bateeiros tuvieron que quedarse en casa 84 días por culpa de la toxina. Pero el año anterior habían sido 204. Para encontrar unos datos mejores en algunos de estos parques de la ría de Arousa hay que remontarse al ejercicio 2008.

Posibles razones

En un fenómeno natural tan complejo como el de las biotoxinas influyen muchos condicionantes meteorológicos y oceanográficos. La directora del Intecmar, Covadonga Salgado, apunta por ejemplo que las biotoxinas suelen llegar a la costa gallega desde el sur, de ahí que incidan más en las rías de Vigo y Pontevedra -ésta última debido a su orientación- y en las aguas exteriores de la de Arousa. También hay que tener en cuenta el aporte de agua dulce de los ríos y la existencia de las islas en la entrada de las rías, que hacen de parapeto.

Francisco Alcalde, por su parte, manifiesta que los técnicos atribuyen el actual periodo de ausencia de biotoxinas a la sequía del pasado año y a la predominancia de los vientos del norte, "que arrastran el agua superficial hacia fuera de las rías. A cambio, entran aguas profundas y frías que hacen aflorar el plancton. Eso genera una corriente mayor y fría, que no es la propicia para las especies que producen la 'marea roja', y que prefieren aguas más calientes y tranquilas".

En cualquier caso, Covadonga Salgado se muestra prudente y no quiere calificar el actual periodo sin biotoxinas generalizadas en la ría de Arousa como "inusual". "Entra dentro de lo posible. Se trata de ciclos. Del mismo modo que de 2014 a 2016 fueron años muy malos, de 2010 a 2012 fueron años buenos, con periodos de cierre cortos".

En la ría de Arousa, la toxina que suele afectar al mejillón es la lipofílica, siendo mucho menos frecuentes la PSP o la ASP. En lo que respecta a los periodos del año, generalmente se manifiestan entre abril y junio, y entre octubre y noviembre. El presente año ha empezado sin cierres, lo cual entra dentro de lo esperado desde el punto de vista biológico. Pero ya ha habido ejercicios en que un buen número de polígonos estuvieron cerrados en enero y hasta febrero, como consecuencia de la virulencia del episodio del otoño anterior. Así pasó por ejemplo entre 2013 y 2014.

Así las cosas, los consumidores también están de enhorabuena, ya que con todos los polígonos abiertos abunda el producto y la posibilidad de encontrarlo de buena calidad. Una idea en la que incide el presidente de la asociación Virxe do Rosario, de Vilaxoán, Javier Blanco. "A los bateeiros no nos favorecen los altibajos en el mercado. Los precios van bien, y el producto tiene una calidad excepcional".