Aparte de la singularidad de que la actual campaña empezó después de las fiestas de Navidad, y no antes, ha habido otro aspecto diferente, ya que la cofradía se encargó directamente de la evisceración del producto por primera vez. Y no pudo eviscerar tanta vieira como le gustaría por falta de personal.

La planta está diseñada para que trabajen en ella unas 30 personas, pero no han conseguido tener tantas, porque la empresa de trabajo temporal con la que contactó la cofradía para que le enviase la gente no fue capaz de encontrarla. Una situación que parece paradójica en un momento en el que las cifras del paro siguen siendo muy elevadas.

La explicación podría ser la elevada estacionalidad del trabajo, ya que no tiene un comienzo fijo en el calendario, y en el mejor de los casos la actividad se reduce a mes y medio en cada temporada.

Esta circunstancia afecta a los pescadores. Así, por ejemplo, no ha sido posible extraer las tres toneladas diarias de vieira que sobre el papel podrían tratarse en la planta, porque para ello haría falta más personal. Y esta misma semana el martes se bajó a 25 kilos por persona el tope del lunes, que era de 30. La razón es que el marisco es más pequeño, y al haber más por kilo, se tarda también más en limpiarlo.