En Cambados no quisieron quemar este año a ningún personaje polémico durante los últimos meses, sino a una realidad abstracta: el machismo. Y tampoco querían quedarse en la cara en su cara más amarga y conocida, la del maltrato y las muertes de violencia de género, sino dar un enfoque más cotidiano de una realidad enquistada en la sociedad.

Esa es la razón de que la figura quemada junto a la sardina en la playa de San Tomé no fuese un asesino con los ojos inyectados en sangre y un arma en sus manos, sino un hombre de aspecto corriente, con su camisa blanca y corbata. Pero esta figura, que ha sido bautizada como "Don Macho-Man" no se entendería sin su complemento, que es una mujer con media docena de brazos. Ella se ocupa de todo (en una de las manos tiene el teclado de un ordenador, en otra la plancha, en otro una botella de detergente), mientras que el hombre está cómodamente sentado en un sillón, con los pies sobre un taburete y una cerveza a su lado. En la televisión que tiene enfrente ponen un partido de televisión, con una imagen congelada de un Celta de Vigo-Deportivo de La Coruña.

El concejal de Cultura, Víctor Caamaño, explica que han decidido representar su repulsa al machismo con una figura cotidiana y no con una imagen más dura que pudiese hacer alusión al maltrato físico o psicológico, "porque lo que queremos representar es el modelo de sociedad que queremos purificar, un modelo de relaciones injustas entre el hombre y la mujer".

La quema de la sardina y de "Don Macho-Man" tuvo lugar en la playa de San Tomé. Los responsables municipales estuvieron pendientes de las previsiones meteorológicas durante todo el día. Pero con la diferencia de que ahora no se mira al cielo, sino a las pantallas del teléfono móvil o del ordenador, pues muchas agencias de meteorología ya ofrecen previsiones del tiempo por horas bastante fiables.

Eso sí, la mujer que se ocupa de todo en casa se salvó de la quema. Mientras, su pareja ardía sin despegar los ojos del televisor.

Fiesta en Peña

La fiesta empezó en el salón José Peña, donde la asociación de amas de casa Albariño volvió a tener un papel protagonista, al servir diferentes dulces típicos del Entroido. Así, los asistentes iban animándose entre filloas y orejas, y la música de la charanga "Os Jaláticos" -que tiene entre sus integrantes a algunos músicos de Cambados- y el grupo de batucada "Olodum do Coio, que se ha formado a raíz de los cursos de percusión y batucada organizados por el Ayuntamiento cambadés.

Durante el entierro y sus prolegómenos el maestro de ceremonias fue el "abad" Avelino González. El actor leyó la homilía y dirigió la comitiva hacia el arenal, sin que dejase de escucharse el llanto de las plañideras, motivado tal vez no por la muerte de "Don Macho-Man" sino por el final del Entroido y el comienzo de la ascética Cuaresma.

Personal de Cultura

El diseño de la composición corrió a cargo del personal del área de Cultura del Concello. Así, además de las dos figuras humanas y de la tradicional sardina, la carroza (de dos metros de ancho por cuatro de largo) se completaba con unos corazones con mensajes, en los que se leen a modo de ironía algunas de las clásicas excusas que fundamentan el machismo, como la de que "creí que cambiaría". La plataforma la montaron durante diez días el propio personal de Cultura, operarios municipales y miembros del módulo de Carpintería del taller de empleo. De las caras se ocupó el pintor José Vaamonde.