El Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), con sede en Vilaxoán (Vilagarcía), será la herramienta a la que recurra la Xunta de Galicia en caso de que se apruebe y ejecute el proyecto minero de los Ayuntamientos de O Pino y Touro que tanto preocupa a los sectores productivos de la ría, ante el temor a que pueda causar "estragos" en los bancos marisqueros arousanos.
El centro que dirige Covadonga Salgado se ocupará, en ese supuesto, del seguimiento y control de las aguas y los bivalvos para detectar cualquier posible alteración y evitar que la producción pueda verse afectada.
Así lo confirma la conselleira de Mar, Rosa Quintana, que en cualquier caso advierte de que "no es serio" empezar a hablar de posibles afecciones cuando el proyecto para la ampliación de la explotación minera de la zona aún no está en marcha.
Deja claro, además, que solo se permitirá "si garantiza el estricto cumplimiento de la legalidad vigente y si ofrece totales garantías urbanísticas, medioambientales y técnicas".
En este sentido, la titular de Mar dejó constancia en sede parlamentaria de que la Xunta estudia y valora la propuesta de reapertura del proyecto minero "desde un punto de vista realista y basado en la normativa", contemplando la posibilidad de autorizar esta actividad solo para "desarrollar una minería segura y sostenible que cree más valor y más empleos para Galicia".
Se aferra así a un proceso "garantista y riguroso" en el que solo tienen cabida las actividades respetuosas con el medio ambiente y "actividades preexistentes" como las que tienen cabida en la ría de Arousa, dependientes de las cofradías de pescadores y de las diferentes agrupaciones de bateeiros.
Es por ello que Rosa Quintana apela una vez más a la "prudencia y tranquilidad" de los sectores productivos arousanos, recordando que el proyecto de explotación minera, el plan de restauración y el estudio de impacto ambiental ligados a la explotación de Touro siguen en proceso de tramitación.
Y lo hacen, puntualizan en la Consellería do Mar, "de acuerdo con lo establecido por la legislación autonómica", en la que se establece la necesaria elaboración de "quince informes sectoriales y la declaración de impacto ambiental".
En resumen, que en caso de que finalmente se ejecute el proyecto minero de Touro el futuro de la ría y de cuantos de ella dependen, directa o indirectamente, volverá a estar en manos del Intecmar y sus diferentes unidades de trabajo: Oceanografía, Fitoplancton, Biotoxinas, Organoclorados, Metales Pesados, Hidrocarburos, Microbiología, Patología y Contaminación Marina Accidental.
