La nueva temporada de fútbol en la capital de Angola tendrá en el amarillo su color de moda. El motivo de ello es tan sencillo como grande en valores y simbolizado en la buena voluntad del Juventud de Cambados respondiendo a la iniciativa planteada por un cambadés de pro como Blas Charlín.

Desde hace varias temporadas, Blas está desarrollando su labor como entrenador profesional en la Academia de Fútbol Angola. Allí se encarga, entre otras cuestiones, de buscar talentos futbolísticos en las calles de Luanda. Para ello promovió una liga de barrios en la que uno de los equipos participantes lleva el nombre de Juventud de Cambados gracias a la desinteresada colaboración de la entidad ahora presidida por Matías Fontán.

El acuerdo era muy sencillo. El club amarillo cedía sus prendas de anteriores temporadas a Blas y el entrenador se encargaba de hacer feliz a todos viendo como niños angoleños se ilusionaban vistiendo los colores del club de su pueblo en los campos de tierra de Luanda.

Las pasadas Navidades el adjunto a la dirección técnica de la Academia de Fútbol Angola visitó a sus familiares y no desaprovechó la oportunidad de ampliar su equipaje para el regreso al trabajo. La solicitud de colaboración a los clubes se convirtió en más de cuarenta kilos de material deportivo en el que, además del Juventud de Cambados, también destacó la aportación de Club de Atletismo Cambados y el equipo femenino de fútbol sala del Lareka de Ribadumia.

El propio Blas se transformó en una especie de Rey Mago a su regreso a Angola. El material atlético se convirtió en una donación para una pequeña federación mientras que las equipaciones del Lareka fueron para la asociación de fútbol femenino de Luanda.El reparto de obsequios llegados desde la solidaridad del deporte cambadés fue recibido de buen agrado, tanto que muchos equipos que participan en las concentraciones de talento que se juegan en las calles ya están deseando ser apadrinados por un club español con Blas Charlín de maestro de ceremonias.

El proyecto "Apadrinha un team" comprobó una vez más su razón de ser en las últimas horas cuando Blas entrego al Juventud Cambados do Golfe 1, que así se ha bautizado el equipo, los pantalones, las medias, los petos y los balones que le convertirán en el equipo mejor uniformado de las calles de Luanda. Sus expresiones lo decían todo.

Tratar de descubrir el talento se convertirá en una tarea más fácil si las condiciones se ven mejoradas, y en eso ha puesto especial empeño Blas Charlín. Él mismo se encarga de reiterar que ningún club que lo desee se quede sin ayudar a quien realmente lo merece. Vaciar los armarios llenos de material que ya ni se usa se convierte en la mayor alegría que se pueden llevar unos niños que ven en el fútbol más allá de los goles o los regates. Su calidad de vida y la de sus familias también tiene cabida en ese sueño, a veces real, llamado éxito.