Más de lo mismo. Así podrían resumirse un par de horas de reunión entre los representantes de las cofradías de pescadores arousanas -no son solo patrones mayores- y la Consellería do Mar para tratar de encontrar soluciones, una vez más, al progresivo deterioro de los bancos de libre marisqueo.

Básicamente lo que se acordó ayer, en el enésimo encuentro para tratar el mismo asunto, esta vez en Santiago de Compostela, fue volver a reunirse. Será cuando los servicios de asistencia técnica de cada pósito elaboren sus propuestas sobre el sistema de gestión que consideren más apropiado para las zonas comunes de faena en la ría.

Cuando esos informes estén finalizados se trasladarán a la Administración autonómica y será el momento de seguir hablando sobre el modo de solucionar el problema.

Mientras tanto los bancos de libre marisqueo siguen agonizando, como se denuncia desde hace un lustro y como demuestran los datos de extracción referidos a estas zonas campaña tras campaña.

Son tan malos que algunos dirigentes del sector vuelven a plantear la posibilidad, casi la necesidad, de suspender la campaña antes de tiempo, sin esperar a que termine oficialmente, a finales de marzo.

Aunque también hay otros dispuestos a aceptar esta interrupción voluntaria del marisqueo a flote solo si a cambio, como ya sucedió en el pasado, se abona a los rañeiros la correspondiente indemnización por desempleo o una prestación económica similar por cese de actividad, ya que en caso contrario "es mejor seguir trabajando como estamos, aunque se consigan menos ingresos que antes".

Es por todo ello -por la reducción de ingresos y por la inestabilidad generada en el sector- que la conselleira de Mar, Rosa Quintana, les ofrece la posibilidad de diseñar un plan de explotación mediante el cual sean ellas, las cofradías, las encargadas de asumir la gestión directa de bancos marisqueros tan importantes antaño como Os Lombos do Ulla, pero también la de Cabío, O Bohído y demás espacios considerados "de todos" pero en realidad responsabilidad de casi nadie.

Se había dicho antes del comienzo de la campaña, el pasado 2 de octubre, que estaba todo bastante avanzado, e incluso se planteó celebrar asambleas para que los socios de cada puerto se pronunciaran.

Finalmente no dio tiempo porque llegaba el momento de largar los raños y nadie quería perder tiempo en los despachos.

Lo que toca ahora es empezar de nuevo, recuperar aquellas conversaciones y, quizás, ir pensando en aplicar las ansiadas soluciones antes de la siguiente temporada. Aunque visto lo visto todo esto irá para largo.