Ramón Barreiro, médico de Urgencias de O Salnés, considera muy importante este tipo de campañas de salud, sobre todo por el hecho de que reabre el debate sobre prevención de enfermedades tan graves como el sida.

El facultativo entiende que puede resultar especialmente positivo si además de la fiabilidad del dispositivo "el test es rápido, fácil de consultar, y es asequible al ciudadano".

Sobre todo, añade, la persona no tiene por qué sufrir la incertidumbre durante días después de, por ejemplo, "un contacto sexual de riesgo". Y también muy útil para aquellos que consumen estupefacientes por vía intravenosa o que accidentalmente se pinchan con una aguja infectada.

Afirma Barreiro que en la actualidad las medidas profilácticas están mucho más extendidas y que ya no se ven aquellas situaciones en las que un toxicómano se inyectaba varias veces con la misma jeringa o incluso la compartía con otra persona que pudiera estar infectada por el VIH.

También los médicos se protegen especialmente por lo que los accidentes de los profesionales son casi nulos. "Los facultativos adoptamos las medidas de prevención universales con guantes, mascarillas y batas esterilizadas, con lo que quedamos suficientemente protegidos tanto del sida como de la hepatitis B o C", explica.

Y agrega que son especialmente meticulosos cuando efectivamente el enfermo les expone que tienen una enfermedad contagiosa y en la que "hay que manipular fluidos de diversa procedencia", por lo que la mayor parte de los médicos incluso utilizan gafas en sus consultas para protegerse de cualquier accidente en este sentido.

Reconoce asimismo que no todos los enfermos que acuden al médico o a un serivcio de Urgencias confiesan que sufren esta enfermedad porque "sigue estigmatizada"."Algunos lo dicen abiertamente cuando llegan a la consulta, otros lo comentan si les preguntas y otros prefieren no decir nada, pero eso ya no es un problema" en sí mismo.