La Compañía de Vilagarcía de la Guardia Civil despliega durante las noches cinco patrullas por los 17 municipios de las comarcas de O Salnés, Caldas y parte de la de Pontevedra que le corresponden. Cubren así un territorio de 620 kilómetros cuadrados, lo que supone una superficie unas seis veces superior a la de todo el concello de Vigo, que cuenta de forma habitual por las noches con cuatro patrullas de la Policía Nacional. Pero la cifra de cinco dotaciones en O Salnés y Caldas incluso se puede reducir a tres en los periodos de vacaciones del personal.

En las últimas semanas se produjo una oleada de robos en O Grove. A raíz de estos episodios, su alcalde, José Cacabelos, puso sobre la mesa la necesidad de que la Guardia Civil tenga mayor presencia por las noches, ya que la práctica totalidad de los municipios de O Salnés carecen de medios humanos y económicos para contar con guardias nocturnas de la Policía Local. Pero este deseo choca con una compleja distribución de los medios humanos de la Guardia Civil, que obliga a los agentes a recorrer cada noche grandes distancias para atender las emergencias.

Así, por lo general hay dos patrullas de una pareja cada una para cubrir las eventualidades que se produzcan en Vilanova, A Illa, Catoira, Caldas, Portas, Campo Lameiro, parte de Barro, Moraña, Valga y Pontecesures. Un inmenso territorio de más de 400 kilómetros cuadrados, que se hace especialmente largo cuando hay que atender una urgencia.

Así, por ejemplo una patrulla que está de noche en Pontecesures y sea requerida para actuar en Campo Lameiro tendrá que hacer lo más rápido posible un viaje de 30 kilómetros por sinuosas carreteras secundarias que en condiciones normales llevaría algo más de 40 minutos. Y si está en Cuntis y es requerida en A Illa, le llevará también poco más de 40 minutos recorrer los 33 kilómetros de distancia que hay entre las dos localidades.

Un vecino de A Illa cuenta, a modo de ejemplo, que una noche de fin de semana llamó a la Guardia Civil porque encontró rotos los espejos retrovisores de su coche. Le dijeron que esperase allí, y la patrulla tardó tres horas. "Venían de Caldas, pero antes de llegar a A Illa los desviaron a Cambados, y después surgió otra cosa en Valga y tuvieron que irse allá", afirma el afectado.

La situación es algo mejor en el sur de la comarca. Así, en el cuartel de Cambados funciona siempre una patrulla nocturna, que salvo casos especiales, tiene que centrar la vigilancia en los municipios de Cambados, Meis y Ribadumia. Sanxenxo y O Grove tienen también sus respectivas patrullas, que han de velar también por la seguridad en Meaño. Pero no siempre actúan las dos de forma simultánea. Esto perjudica especialmente a O Grove por su situación geográfica en el extremo de la comarca, cuando los agentes que están de guardia se encuentran por Sanxenxo o Meaño.

Los alcaldes

El regidor de O Grove, José Cacabelos, afirma que aunque el Ayuntamiento va a intentar reforzar la plantilla de la Policía Local durante el presente año, "necesitamos una mayor presencia de la Guardia Civil". Por ello, anuncia que va a solicitar una reunión con la subdelegada del Gobierno, Ana Ortiz, con la finalidad de abordar este asunto.

Pero Cacabelos no se refiere solo a la necesidad de que haya mayor presencia policial por las noches, sino que también demanda que el cuartel de O Grove esté abierto al menos por las tardes. "Ahora mismo solo abre por las mañanas y cierra a las tres, de modo que la gente que necesita interponer una denuncia por la tarde se tiene que ir a Cambados, llamar a un número de teléfono que habilitan o esperar al día siguiente. A veces acuden a denunciar a la Policía Local, pero nosotros tenemos las competencias que tenemos".

Según Cacabelos, la necesidad de que el puesto esté operativo por las tardes es especialmente acuciante en los períodos vacacionales y durante la Festa do Marisco, cuando O Grove se llena de turistas. Por todo ello, confía en poder abordar con los responsables de la Guardia Civil "la posibilidad de realizar otro reparto organizativo". "Se hace necesaria una presencia más directa y presencial en el Ayuntamiento. La seguridad es algo que cada vez aprecian más tanto los ciudadanos como los turistas".

El alcalde de otro de los municipios situado en un extremo geográfico, como es Carlos Iglesias, de A Illa, declara a su vez que "el servicio a veces se hace escaso, pero somos un pueblo pequeño y no hay muchos problemas de noche. Además, los fines de semana se dejan ver por aquí".

Eso sí, considera que "aunque la calidad del servicio es buena, sí que a veces se nota una cierta tardanza porque las patrullas vienen de lejos. El Ministerio del Interior debería incrementar las dotaciones, sobre todo en las épocas de mayor afluencia turística".