Aunque en temporada baja la actividad hotelera es bastante reducida, en O Grove existe un cierto enfado por parte de algunos taxistas descontentos con la forma de proceder de los recepcionistas de algunos hoteles.

"No estamos dispuestos a que nos impongan las tarifas que quieren ni a que nos exijan rebajas en los precios, porque tampoco nosotros les decimos a ellos cómo tienen que gestionar sus negocios", explica uno de los autopatronos que dicen verse afectados.

Al parecer "algunos recepcionistas llaman al taxi y ya le dicen a sus clientes cuánto tienen que pagar, pero nosotros estamos en nuestro derecho de cobrar a los viajeros en función de lo que determine el taxímetro".

Lo que quieren decir es que "en los hoteles tienen que respetar nuestro trabajo y olvidarse de las tarifas que teníamos establecidas como fijas antiguamente, antes de que se pusieran los taxímetros".