Rehabilitar las viviendas modernistas de la calle marqués de Bradomín de A Illa es uno de los grandes anhelos que tiene el grupo de gobierno del municipio desde hace años. Ese objetivo se va a hacer realidad este mismo año, ya que los técnicos municipales están trabajando ya en la redacción del pliego de condiciones que regirán el concurso para ejecutar las obras.

Ese trámite se activará una vez se apruebe el presupuesto para el ejercicio 2018, un documento que el alcalde, Carlos iglesias, espera llevar a pleno en este mismo mes de enero y cuya mayor inversión será la que se destine a recuperar las viviendas de los antiguos conserveros de A Illa.

La apuesta del Concello por recuperar estas tres viviendas se va a capitalizar en tres anualidades, ya que el grupo de gobierno tiene previsto destinar los fondos del Plan Concellos y del Plan de Reequilibrio de los ejercicios 2017 y 2018 a estas obras, así como otros programas provinciales en el año 2019, con el ánimo de evitar que las viviendas acaben siendo una ruina y se conviertan en un importante complejo sociocultural.

Las tres viviendas se encuentran en un estado de conservación pésimo, lo que obligó al Concello a tapiarlas para evitar tanto el acceso de okupas como impedir que un posible derrumbe de la estructura pueda atrapar a una persona en su interior. Además, hace años que se detectaron robos importantes que aconsejaron tomar esta medida para guardar todo lo que tienen en su interior. La inclusión de la casa de Goday en el proyecto, ya que en un principio era una iniciativa diferente, ha obligado al Concello a realizar una serie de modificaciones en el destino de las viviendas. Así, la casa de Goday pasará a ser la futura biblioteca municipal, mientras que Dona Tomasa y O Campaneiro se convertirán en centros socioculturales, con un espacio fijo para la asociación de la tercera edad de A Illa, que lleva años reclamando este servicio.

Una de ellas es la antigua vivienda de la familia Goday, en A Illa, es todo un referente en la historia del municipio. La vivienda, que visitó el rey Alfonso XIII, fue construida en las inmediaciones de la primera fábrica de conservas que se puso en marcha en Galicia y que hoy es un centro de interpretación de la conserva. La vivienda fue adquirida a principios de siglo con el objetivo de restaurarla junto con la fábrica, las antiguas salazones y el jardín adyacente. Dona Tomasa y Campaneiro se adquirieron en 2010 y son un ejemplo de edificaciones modernistas.