Un viento huracanado de una tromba marina, originada en la costa arousana, tocó tierra a primera hora de la mañana de ayer, entrando en dirección noreste y ocasionando importantes destrozos en Noalla, en la Xunca Blanca de Vilalonga, y también dejó sentir sus efectos en la costa de Dena, en el Concello de Meaño. En esta última localidad, y dentro del barrio de O Seixiños, la peor parte se la llevaron las naves de la firma Forxas do Salnés, empresa afincada en este enclave de costa desde hace 35 años.

"Eran las 9,40 de la mañana -explican trabajadores de la empresa- cuando sentimos un fuerte ruido en la cubierta, y nada más asomarnos a la puerta vimos una nube baja a modo de torbellino huracanado que había empezado a arrasar la nave anexa, que hacía las veces de garaje para la maquinaria".

Y es que en cuestión de segundos el viento huracanado derribó el galpón de 320 metros cuadrados por 6 de altura, construido hace casi treinta años, a base de bloques de hormigón, chapa metálica, uralita y pilares de madera de gruesas vigas de batea, el cual servía como almacén para la maquinaria de la empresa. "Hubo bidones que estaban dentro y uralitas que volaron 200 metros por el aire yendo a parar a la carretera de une Seixiños con Castrelo", explica Rodrigo Méndez, gerente de la firma. "Por fortuna -agrega- no estaba ningún trabajador en ese momento en el garaje, que en otras ocasiones a esa hora pueden estar dos o tres dentro, por lo que no tuvimos que lamentar daños personales". Rodrigo Méndez nos muestra además otros daños causados en el entorno, entre ellos un poste de hormigón exento sobre un muro de una finca aledaña y que fue seccionado literalmente de raíz por el torbellino.

Los daños también se hicieron notar en la cubierta de la nave principal donde las uralitas de poliéster cedieron ante el viento huracanado, elevándolas decenas de metros por el aire y precipitando algunas al interior de la nave, sin causar daño alguno a los operarios que en ese momento trabajaban dentro. "Fue cuestión de unos seis segundos -explican los trabajadores- porque si dura más nos vuela toda la cubierta".

A falta de una tasación formal responsables de la firma, reconocen que los daños ocasionados entre ambas naves pueden ascender a unos 25.000 euros. "Afortunadamente tenemos un seguro, pero lo más importante es que nadie resultó herido", apunta Rodrigo Méndez.

El tornado procedente del mar siguió con su trayectoria tras superar las naves de "Forxas do Salnés" y acabó provocando un auténtico estropicio en el monte que se encuentra en las inmediaciones, con numerosos árboles de considerables dimensiones arrancados de cuajo o totalmente destrozados por la fuerza que adquirió el viento.

"Forxas do Salnés" es la gran firma gallega y, por extensión de España, especializa en la construcción de bateas. Nacida como empresa familiar en 1974 en el taller de José Méndez, un herrero establecido en As Covas-Meaño que se especializa desde entonces en la construcción de flotadores metálicos, acaba trasladando su producción a esta nave de Dena en 1982. En ella trabajan actualmente siete operarios y se calcula de que su mano se han fabricado más de 500 bateas en las últimas décadas, estructuras que hoy se mantienen a flote no sólo en la ría de Arousa sino también aguas de Combarro, Aldán, Vigo, Sada, e incluso en aguas mediterráneas de Valencia y Málaga.