Los Reyes Magos hicieron ayer dos paradas en Cambados antes de ponerse manos a la obra por la noche y empezar con el reparto de regalos. En la Vila do Albariño, Sus Majestades de Oriente ya están por la mañana, de ahí que los niños tengan una doble oportunidad de sentarse con ellos, y los padres de inmortalizar el momento con una fotografía.

Los Reyes llegaron a la localidad sobre las 11.30 horas, a bordo de unos vistosos coches clásicos, de marca Mercedes, que escoltaba la Policía Local. Su primera parada fue el asilo de ancianos de San Tomé, donde visitaron y dejaron regalos a los residentes. Una hora más tarde, sobre las 12.30 horas, estaban en el Ayuntamiento, donde la corporación municipal les brindó una recepción oficial.

Allí, los niños tuvieron la oportunidad de sentarse con ellos, o directamente en su regazo. Así, mientras sus padres fotografiaban la escena, los pequeños tenían la oportunidad de recordar a los Reyes los regalos que les habían pedido en sus cartas, o de añadir alguno de última hora.

Tras la comida, la Cabalgata de Cambados salió sobre las 17.30 horas. Pero el acto en sí empezó casi media hora antes en la plaza de Fefiñáns. Los Reyes salieron al balcón del pazo, y desde allí saludaron a una multitud de niños y mayores que les estaban esperando.

Pese a que las previsiones meteorológicas no eran demasiado tranquilizadoras, finalmente en Cambados tuvieron suerte y en Fefiñáns el tiempo estaba fresco, pero incluso salía de vez en cuando algún rayo de sol.

Tras bajar a la calle y dar la mano a muchos de sus entusiastas fans, los Reyes se subieron cada uno a una carroza, que recreaba películas y personajes conocidos de la animación infantil, como Donald y Mickey, Monstruos SA o Deep. La cuarta carroza la montaron entre la asociación Volandeira y el Concello, y era una lograda recreación de la capilla de A Pastora.

La comitiva contó con la música de tres agrupaciones tradicionales cambadesas, como Xironsa, Con de Xido y Os Carballeiras, y la cerraba la banda de música de Castrelo. Salió de Fefiñáns, y bajó por la avenida de Vilariño tras pasar por la Rúa Real y la Avenida de Madrid -el ancho y la altura de los remolques impediría ir por Príncipe-, para posteriormente dirigirse hacia San Tomé directamente por la avenida de Galicia, en vez de hacerlo por el paseo marítimo, como otras veces.

Una vez más, los Magos de Oriente volvieron a entrar en el asilo, pero esta vez la visita fue más corta, y se dirigieron directamente hacia el balcón, desde lanzaron al público cientos de caramelos.

La comitiva se dirigió de nuevo hacia la Praza do Concello, donde estaban dispuestos tres tronos sobre un palco situado frente al consistorio. Una vez más, docenas de niños con un rostro en el que se entremezclaban la ilusión y la sorpresa se acercaron a ellos. Era la antesala de una de las noches más mágicas del año.