El desplome de precio del marisco condiciona la actividad en los puertos de las diferentes rías gallegas. Tanto es así que algunas cofradías decidieron suspender la actividad marisquera, modificando los calendarios previstos para evitar que sus socios tengan que trabajar arriesgándose a conseguir ingresos irrisorios o incluso a no vender su producto, por lo que tendrían que devolverlo al mar.

A modo de ejemplo, la Confraría de Pescadores San Martiño, con socios de O Grove, Cambados, Meaño, Sanxenxo y Ribadumia, informó el miércoles a sus mariscadores de que "a causa de la bajada de precios y ventas" se suspendía la actividad extractiva prevista para ayer.

Y es que el marisco ya no se consume ahora como en las jornadas previas a las fiestas navideñas, de ahí que cotice a la baja en las lonjas y la rentabilidad sea mucho menor.

Puede citarse como ejemplo lo sucedido en la lonja de O Grove, donde el jueves 21 de diciembre la almeja japónica cotizaba a un máximo de 13,35 euros el kilo, la babosa rozaba los 20, la fina se acercaba a los 82 y la roja se vendía a casi 12 euros por kilo. Pues bien, el jueves pasado la japónica no llegó a los 11, la babosa se quedó en 13, la fina ni siquiera alcanzó los 49 y la roja se subastó a 8.