Concello de A Illa, piragüismo y Escola de navegación Tradicional (ENT) mantendrán un encuentro en las próximas semanas para perfilar las normas de uso que se le van a dar al nuevo centro náutico e O Bao. Así lo reconoció ayer el alcalde del municipio, Carlos Iglesias, que está trabajando en dotar de equipamientos a una infraestructura que llevaba años siendo reclamada desde A Illa, sobre todo, para las entidades que impulsan las actividades náuticas.

Ese reglamento de usos definirá cual será el espacio que ocupen las dos entidades, ya que, aunque coincidentes en actividad náutica, son clubes totalmente diferenciados y con iniciativas en nada similares. La intención es que cada uno de los clubes cuente con un espacio perfectamente definido, donde podrán guardar sus embarcaciones y celebrar sus actividades, salvo en aquellas zonas de carácter común, como son el exterior o el hall de entrada.

Una de las cuestiones que está por resolver en estos momentos es la dotación de equipamientos al interior de la nave. El centro de usos náuticos fue inaugurado el pasado 2 de diciembre, pero sin ningún tipo de servicio para los clubes en el interior. La intención del grupo de gobierno es aprovechar la baja económica que hubo en la adjudicación de la obra para adquirir todo el mobiliario y los elementos necesarios para la actividad de los clubes. En caso de que no alcance a cubrir todas las necesidades, se recurrirá a otras administraciones, aunque lo que tiene muy claro Iglesias es que "se va a contratar todo el equipamiento en un único bloque para que, cuando ser trasladen a las instalaciones los clubes, puedan funcionar a pleno rendimiento".

Plazos para que este traslado sea la realidad que llevan años aguardando Piragüismo y ENT es un dato que Iglesias no se atreve a fijar, ya que "dependerá de los plazos burocráticos que tengamos que cumplir en la adquisición del mobiliario y los equipamientos, pero nuestra intención es que se celebre cuanto antes".

No en vano, tanto Piragüismo como la ENT se encuentran en situación precaria a la hora de disponer de instalaciones. En el primero de los casos, se cuenta con una pequeña nave en A Canteira, un lugar afectado por la Ley de Costas, por lo que no se puede llevar a cabo ningún tipo de actuación para acabar con los problemas de habitabilidad que existen. En el segundo, la carencia de instalaciones les obligaba, hasta hace pocos años, a buscar todo tipo de soluciones para proteger los barcos, hasta que un empresario decidió ceder un bajo comercial en O Naval, unas dependencias que les han dado estabilidad para que las embarcaciones se encuentren a resguardo en invierno.