Siendo 2 de enero, la pregunta era inevitable. ¿Qué le pide a 2018 el presidente del Gobierno español? Mariano Rajoy se resguardaba de la lluvia bajo el toldo desplegado de un bar de Armenteira, en Meis. Había hecho la Ruta da Pedra e da Auga bajo un intenso aguacero, aunque su ropa impermeable parecía haber aguantado bien el reto. "Lo primero, que todo el mundo sea lo más feliz posible". Y acto seguido añadió. "Y que llueva en otros puntos de España, porque hay zonas del país donde están teniendo mucho problemas, como en el sureste. La sequía es mala para muchas cosas, para la agricultura, para la electricidad, que es más cara, e incluso para la salud".

La lluvia es un tema habitual en las conversaciones, pero en los últimos días, si cabe, más. Tras medio año de sequía, Galicia empieza a recuperarse de la pesadilla del desabastecimiento, pero no está sucediendo lo mismo en otros puntos de España, donde "las cuencas de los ríos y los embalses llevan muy poca agua, y están 20 puntos por debajo del año pasado", en palabras de Mariano Rajoy.

Una lluvia que ayer no faltó en los municipios de Ribadumia y Meis, que es por los que discurre la Ruta da Pedra e da Auga. De hecho, no lejos de donde caminaron el jefe del Ejecutivo y su amigo José Benito Suárez -presidente del Puerto de Marín, y marido de la presidenta del Congreso, Ana Pastor- se recogieron durante la mañana 49 litros de agua por metro cuadrado, el récord en la provincia de Pontevedra. Fue en la estación meteorológica del monte Castrove.

Una lluvia que no es un obstáculo para que Rajoy salga a caminar. De hecho, en todo el año pasado solo dejó de hacer ejercicio físico por las mañanas ocho días: tres en enero por culpa de una infección vírica; otros cuatro en julio por un lumbago; y uno en agosto, cuando se produjeron los atentados terroristas en Cataluña.

Por lo general, su rutina consiste en hacer 40 minutos sobre la cinta de lunes a viernes, siempre antes de ir a trabajar o de pasar el día con su familia, si está de descanso. Pero los fines de semana le dedica más de una hora, "y cuando vengo aquí en verano algunas veces puedo hacer más de dos horas".

El presidente suele caminar muy rápido, aunque su ritmo ayer era mucho más relajado. "Había que ir con mucho cuidado, porque con tanta lluvia y con tantos charcos es fácil resbalar".

Mariano Rajoy también respondió con optimismo a la pregunta de si cree que en 2018 quedará resuelta la crisis catalana. "Yo espero que sí. De momento la situación está más tranquila que a finales de octubre. Espero que a partir de ahora reine el sentido común y nos dediquemos a resolver los problemas de la gente". El presidente español estará esta mañana en Santiago de Compostela, en la inauguración de las obras de ampliación de la autopista, y el día de Reyes asistirá a la Pascua Militar en Madrid.