Fue diseñado por el arquitecto Manuel Gallego Jorreto para un Concello de A Illa que acababa de nacer y que estaba falto de todo tipo de infraestructuras para funcionar. Sin embargo, las complicaciones que dejó la segregación de Vilanova de Arousa hicieron que el edificio no pudiese ser una realidad hasta más de una década después de aquella separación. La Xunta acabaría compensando a A Illa, comprometiéndose en la financiación de esta infraestructura a través de varias consellerías, mientras a Vilanova se le solventaban los problemas económicos que provocó la segregación con una serie de compensaciones económicas y créditos blandos.

Sus puertas se abrieron en el mes de agosto de 2008, y desde ese momento, se ha convertido en uno de los grandes polos de atracción cultural de la comarca de O Salnés. Por sus tablas han pasado figuras de todo tipo, tanto de la música como del teatro, e incluso, se pergeñaron muchos proyectos que acabarían convirtiéndose en grandes éxitos, como las obras de teatro de Cándido Pazó, los encuentros de la música lusófona y muchas otras iniciativas que llenaron las instalaciones.

Conscientes de lo que supuso en la historia del municipio la apertura de estas instalaciones, desde el grupo de gobierno han puesto en marcha una iniciativa que se va a extender durante todo el año, consistente en tratar de que la mayor parte de los artistas que han pasado por las tablas de ese escenario regresen a lo largo de 2018 para celebrar una década muy intensa de cultura.

Como no podía ser de otra forma, el primero en pisar esas tablas será el polifacético humorista Carlos Blanco. El vilagarciano, asentado desde hace muchos años en A Illa, ha convertido el Auditorio municipal en el lugar desde el que exporta todo su trabajo, además de tener gran parte de culpa de la presencia de muchos grandes artistas sobre ese escenario. Blanco se volverá a subir a unas tablas que conoce a la perfección el martes, a partir de las 21.00 horas, para escenificar el trabajo que ha estado desarrollando con Oswaldo Digón.

Otra persona que tiene siempre A Illa en su mente es la cantante Uxía, que será la siguiente en subirse al escenario del Auditorio con el proyecto María Fumaça que, desde que se creó, nunca ha faltado a su cita con el municipio y este año no será menos, ya que el día 4, a las 19.00 horas, está previsto que se suban al escenario del Auditorio.

A ellos se sumará, a mediados del mes de julio, el Atlantic Fest, que desde su puesta en marcha ha convertido el auditorio de A Illa en uno de sus centros neurálgicos, junto con la explanada de O Bao, donde se sitúa el escenario principal.

A partir de ahí, la Concejalía de Cultura trabajará para traer a diferentes artistas que quedaron conquistados no solo por las instalaciones, sino por todas las facilidades que el Concello pone a la hora de ensayar o preparar cualquier proyecto. Sin horarios, sin coste y con todas las facilidades del mundo, varios directores y artistas han gestado trabajos que acabarían siendo reconocidos en todos los escenarios de Galicia, tan solo a cambio de realizar el preestreno de las obras en las dependencias isleñas.

El año que se acaba ha sido uno de los más prolíficos en cuanto a actividades desarrolladas en el auditorio isleño. Desde actuaciones musicales a preestrenos teatrales, e incluso, la proyección del capítulo piloto de la serie "Vivir sin permiso" han mantenido la actividad en esas dependencias prácticamente cada fin de semana. Por ese auditorio también pasaron este año los humoristas Marcos Pereiro y José Antonio Touriñán, el polifacético Jesús Calleja entre muchos otros.

La última de las actividades de este año se celebró ayer, con la actuación de Magín Blanco, otro ilustre visitante esporádico del Auditorio de A Illa. El cantante puso sobre el escenario su trabajo "Camiños", centrado en los más pequeños y que volvió a llenar el salón con sus más de 230 butacas.