El marisqueo a pie volvió a protagonizar ayer una jornada de tensión en la cofradía de Carril. La crisis del día anterior se reprodujo con una veintena de mariscadoras que estaban faenando en la zona ancha de la playa de Compostela. Según denuncian las afectadas el presidente les quiere prohibir faenar en esa zona, a pesar de estar abierta para el marisqueo. Como no le hicieron caso, ordenó infructuosamente que se devolviera el marisco al mar. Las mujeres lograron llevarlo a la lonja, donde la orden era apartarlo y no ponerlo a la venta. Por este motivo estuvieron de guardia en las instalaciones del pósito hasta que se produjo la subasta de todo el marisco. En total unas doce horas de tensión.

Mas de medio centenar de mariscadoras de la agrupación carrilexa fueron a primera hora de la mañana de ayer a faenar en la autorización marisquera de la playa de Compostela y una veintena de ellas estuvieron trabajando en la zona ancha de este arenal, tras haber constatado que toda la zona estaba abierta para estos trabajos.

El presidente, según denunciaron las mariscadoras, mantiene que esta zona no está abierta por lo que llamó a los vigilantes de la cofradía para ordenarles que retiraran el marisco para devolverlo al mar. Pero los vigilantes le respondieron que no podían hacerlo.

Las mujeres continuaron faenando y, tras completar los cupos correspondientes, salieron de la playa para pasar por los controles de los guardacostas sin ningún tipo de problemas.

De camino hacia la lonja de Carril se enteraron de que había orden en esta instalación del pósito de retirar las almejas capturadas en la zona de la playa origen de la disputa entre las mariscadoras y el presidente, por lo que las mujeres decidieron seguir su producción y personarse en la lonja.

Allí estuvieron custodiando las partidas de bivalvos origen del conflicto durante toda la jornada hasta que se procedió a la subasta de todo el marisco.

Las mariscadoras afectadas estaban dispuestas a formular una nueva denuncia, aunque finalmente hubo un cambio de actitud y se procedió a la venta de todo el marisco que se llevó a la lonja carrilexa.