Pase lo que pase ya en las próximas semanas, e independientemente de que se registre un nuevo episodio tóxico, a estas alturas puede decirse que la campaña navideña del mejillón está salvada.

Aunque no quedaba demasiado molusco en las cuerdas, la ausencia generalizada de biotoxinas marinas permitió al sector extraer producto suficiente durante las últimas semanas para satisfacer la demanda; y a sus clientes les permitió acumular un stock más que suficiente para atender el mercado.

Lo cierto es que apenas hay bateas cerradas debido a lo que popularmente se conoce como "marea roja", motivo por el cual el sector puede completar las descargas correspondientes al año en curso al tiempo que avanza en la campaña de recolección de mejilla para preparar la campaña del año que viene.

Según los informes emitidos por el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), a las tres de la tarde de ayer únicamente estaba prohibida la extracción en uno de los cuatro polígonos bateeiros de la ría de Muros-Noia.

Esto significa que estaban disponibles en la comunidad alrededor de 3.200 bateas, incluidas las fondeadas en la ría de Pontevedra, que es la más castigada por las biotoxinas un año tras otro.

Ni que decir tiene que la ausencia de fitoplancton portador de biotoxinas favorece la actividad en rías como Vigo y Arousa, con una docena y una veintena de polígonos habilitados, respectivamente.