Los propietarios de palmeras afectadas por el "picudo rojo" ( Rhynchophorus ferrugineus) tienen un nuevo motivo para cortar las coronas de estos árboles. Y es que tras el paso del temporal Ana, el riesgo de que se desprenda alguna hoja y cause daños personales o materiales se incrementa.

La Estación Fitopatolóxica de O Areeiro, dependiente de la Diputación, emitió ayer un aviso fitosanitario extraordinario con motivo del temporal, que ha causado daños de entidad en muchos árboles. En el caso concreto de las palmeras, los técnicos señalan que los propietarios de los ejemplares más afectados por el "picudo" deberían cortarles la totalidad de la corona, "pues la carga que supuso la elevada cantidad de agua que cayó y la acción del viento harán que las palmeras se desprendan con más facilidad". Por ello, desde O Areeiro señalan que "es imprescindible eliminar la totalidad de la corona de las plantas -medida por otra banda obligatoria para evitar la dispersión de la plaga- y nunca dejar los restos acumulados, sino enterrarlos a profundidad o quemarlos".

Los técnicos recuerdan que el "Ana" dejó en la provincia rachas de viento de entre 130 y 150 kilómetros por hora, así como lluvias de entre 160 y 177 litros por metro cuadrado, de ahí que las palmeras se hayan visto afectadas en gran medida.

No obstante, el aviso fitopatológico incide en todo tipo de árboles. Así, por ejemplo, se señala en el caso de los ejemplares que hayan sufrido la rotura de alguna rama o daños en el tronco. "Las roturas dejan expuesta una superficie de madera irregular y tocones que pueden favorecer la entrada de hongos patógenos que comprometan la vitalidad del árbol", argumentan desde O Areeiro.

Así las cosas, lo que se recomienda es actuar sobre esas superficies dañadas, limpiándolas adecuadamente y protegiendo la madera con cicatrizantes u otros fungicidas.

Finalmente, la Estación Fitopatolóxica llama la atención sobre la caída de gran cantidad de fruta de los árboles a consecuencia de la ciclogénesis. Sobre esto, indican que es necesario recoger la mayor cantidad posible, pues de quedar en el suelo "podría atraer a patógenos oportunistas y también a diversas especies de moscas de la fruta, que este año están siendo especialmente abundantes".