La flota profesional detecta que "de un tiempo a esta parte se ha registrado un alarmante aumento de submarinistas en la ría que actúan de manera furtiva y esquilman los recursos". Salta ahora la voz de alarma porque ayer -quizás por ser jornada festiva y gracias al buen tiempo reinante- llamó poderosamente la atención la presencia de tantos buzos en la costa de San Vicente de O Grove, Aguiño, Corrubedo, Sálvora, Carreirón y otros puntos del litoral arousano.

La situación llega a tales extremos que los vigilantes de la cofradía de pescadores de O Grove tuvieron que intervenir en San Vicente, donde decomisaron una importante cantidad de producto -sobre todo centollo, pulpo y bogavante- a un par de submarinistas que actuaban de manera ilegal.

"No están autorizados para extraer marisco, y sin embargo se dedican a capturarlo de manera masiva", alertan en el sector profesional, donde reclaman una mayor presencia de los efectivos de Gardacostas y la Guardia Civil.

Precisamente la benemérita determina que el furtivismo puede ser "doméstico, vacacional, marginal, recreativo, profesional o legal".

Al hablar del recreativo puede darse entrada en este grupo a algunos buzos, ya que engloba a "personas que, amparadas por sus licencias de pesca recreativa, capturan especies para las que no están autorizadas o no respetan los topes de captura y las introducen, a posteriori, en el mercado alimenticio, mediante la venta directa a restaurantes o particulares".

En cierto modo el furtivismo que pueden practicar los buzos está ligado al llamado "furtivismo legal", es decir, el que practican aquellos profesionales que "habitualmente superan los topes establecidos" y todos aquellos "que se aprovecha de su condición para colocar en el mercado unas capturas ilegalmente obtenidas, perjudicando a cuantos sí actúan dentro de la legalidad".

En este sentido, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil destaca lo que sucede con el centollo en la ría de Arousa, cuando se captura estando aún en veda.

En este caso los furtivos son "algunos pescadores que no dudan en aprovechar su actividad diaria par recoger centollo que o bien venden directamente al regresar a puerto o guardan en jaulas y salabardos a la espera de que finalice su veda". Sin embargo en el sector consideran que tanto o más peligroso resulta el papel de los buzos que, como ayer, actúan indiscriminadamente en la costa arousana.