Una eventual legalización del cannabis para usos recreativos no sería acogida con demasiado agrado entre el colectivo médico. Así se desprende al menos de las intervenciones de algunos de los profesionales que participaron ayer en la jornada inaugural del primer "Congreso Internacional sobre cannabis y sus derivados: salud, educación y ley". De hecho, los médicos inciden en que el argumento de que el cannabis sin más puede curar enfermedades es una falacia carente de rigor.

El congreso fue abierto por el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, que también es médico. Manifestó que "hay que ser precavidos" antes los movimientos que reclaman la normalización del consumo del hachís o la marihuana, y que "no hay razones sociales o de salud" que justifiquen el favorecer un comercio legal de estas sustancias estupefacientes.

Almuíña opina que las "técnicas" de los movimientos pro-cannábicos son similares a los utilizados en su día por la industria tabaquera o, más recientemente, por las del alcohol o el juego, y plantea que tras unos argumentos "aparentemente altruistas o liberadores", se esconden "intereses económicos que buscan clientes cautivos de procesos adictivos".

Además, el conselleiro de Sanidade advirtió de que la tolerancia social hacia el consumo de esta droga parece tener relación directa con el hecho de que haya consumidores que empiezan a tomarla durante su adolescencia, lo que parece tener relación con alteraciones en el desarrollo del sistema nervioso central de esas personas y el fracaso escolar. Según datos aportados por Almuiña, más del 35 por ciento de la población gallega de entre 15 y 65 años reconoce haber consumido cannabis alguna vez en su vida, y el 2,1 por ciento lo hace a diario.

Resaltó igualmente que según la encuesta Etudes, uno de cada siete adolescentes de entre 14 y 18 años admitió haber tomado esta droga durante el mes anterior, y que en 2016 el Sergas atendió a unos 1.500 pacientes que presentaban problemas supuestamente derivados del consumo de cannabis, como crisis esquizofrénicas o brotes psicóticos.

También se refirió a un eventual uso médico del cannabis el canario Guillermo Burillo-Putze, que trabaja en el servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Tenerife. En su opinión, el argumento de que "el cannabis es una medicina es una falacia, que solo esconde un intento encubierto de legalización". Recuerda que para obtener un fármaco y poder comercializarlo, "es necesario realizar previamente ensayos clínicos y conocer sus efectos secundarios", y que "pretender que todo el mundo plante cannabis y lo use para todo tipo de enfermedades no es científico, es otra cosa".

Por su parte, Fernando Rodríguez de Fonseca, director de Investigación de la Fundación Hospital Carlos Haya, de Málaga, apuntó que "la benevolencia médica del cannabis es más mítica que real, pero eso no significa que no exista". Eso sí, se mostró convencido de que la legalización del consumo podría generar problemas de salud pública, "como sucede con el alcohol... que es cancerígeno".