La mañana de ayer fue de infarto en el Ayuntamiento de Ribadumia. Y es que la difusión pública de las quejas de Somos Ribadumia por el comportamiento de sus socios de gobierno (Independientes y PSOE) ha sido como un terremoto difícil de gestionar. Tanto que ni el alcalde, el independiente David Castro, ni el concejal socialista José Ramón González Lede, dieron la cara durante toda la jornada ante los medios de comunicación.

Este diario intentó contactar en reiteradas ocasiones con ambos, y solo pudo hablar a última hora de la mañana con el alcalde. Éste manifestó que quería hablar primero con el concejal de Somos, Enrique Oubiña, y que haría declaraciones por la tarde. Pero ya no volvió a descolgar el teléfono para FARO.

Entre tanto, en Somos Ribadumia estaban también al borde del ataque de nervios, pues supuestamente ellos no fueron quienes divulgaron el incendiario texto. La formación pretende remitir hoy un comunicado explicando su posición, pero sí avanzaron tres aspectos por boca de su concejal, Enrique Oubiña. En primer lugar, quieren puntualizar que el documento no lo divulgó Somos Ribadumia; y en efecto, la dirección de correo electrónico de la que procede no es la oficial de la agrupación política. En segundo lugar, Oubiña admitió que "estamos preocupados por la filtración", y en tercero, explicó que el texto, "es un documento de trabajo interno", pensado para que lo leyesen Independientes y el PSOE y, a partir de ahí, tomar las decisiones que fuesen oportunas.

Sea como fuere, la semilla de la desconfianza parece plantada, y el alcalde ha optado una vez más por mantenerse al margen de la polémica. Tampoco contestó a las más recientes críticas de la portavoz del Partido Popular, Salomé Peña, que le acusó de perder una subvención millonaria para el Ayuntamiento, y de ser incapaz de realizar ninguna gestión para encauzar con la Iglesia el convenio del tanatorio.

Así las cosas, todo apunta a que la presente crisis de gobierno quedará en papel mojado, pero es la segunda que se produce en menos de un mes. La primera fue a raíz de un viaje del alcalde a Francia, y se destapó a raíz de las críticas de Somos. Ahora, supuestamente, esta organización está molesta con sus socios en el ejecutivo porque están haciendo el vacío e incluso usurpando funciones a Oubiña.