El Día Internacional contra la Violencia de Género, que se conmemora este sábado, 25 de noviembre, es una oportunidad para conocer el trabajo de las organizaciones públicas y privadas que apoyan a las víctimas de malos tratos. Uno de estos colectivos es Esmar, una asociación fundada hace unos meses por María del Carmen Torres, que hace 18 años salió del pozo de la violencia gracias a sus padres.
-Las estadísticas policiales apuntan a un aumento de las denuncias. ¿Esto se debe a que hay una mayor sensibilización social y menos miedo a dar el paso de denunciar, o a que hay más casos?
-Las denuncias aumentan porque hay más casos. Pero las víctimas siguen teniendo miedo a dar el paso de denunciar.
-¿Están las víctimas de malos tratos lo suficientemente protegidas por la sociedad?
-No, las mujeres se sienten desamparadas. Aquí en O Salnés no hay un punto de encuentro familiar donde entregar a los hijos, así que muchas tienen que verse con el agresor en la calle y a veces escuchar como las insulta delante de los niños. La Justicia es muy lenta a la hora de establecer las medidas de protección, y las condenas son de risa. Ahí está el caso del exguardia civil de Cambados que le pegó un tiro a la que había sido su pareja y que ya está en la calle disfrutando de permisos.
-¿Qué ofrece Esmar a las víctimas de la violencia de género?
-Las escuchamos y les damos una orientación de lo que tienen que hacer o a donde tienen que acudir si quieren denunciar. En algunos casos en que tienen que abandonar urgentemente el domicilio que comparten con el agresor les buscamos un lugar donde puedan estar un tiempo.
-¿Cuál es el mayor freno que tienen las mujeres para denunciar?
-Los hijos. Con hijos de por medio te cuesta mucho denunciar, porque además el agresor te amenaza con quitártelos. También hay casos en que el maltratador lo es dentro de casa, pero sin embargo fuera es un encanto, con lo cual también te encuentras con que tu familia no te apoya porque no te cree.
-¿El maltrato psicológico es tan grave como el físico?
-El psicológico aún es más duro, porque la mujer lo sufre todos los días. El maltrato psicológico te machaca. Te cuesta más olvidar el tú no vales o tú no haces.
-Usted ha dado el paso de mostrar su rostro y de decir que fue víctima de violencia de género. ¿Por qué lo hizo al tratarse de un asunto aún estigmatizado?
-Porque lo mío pasó hace 18 años, y después de 18 años puedo decir que ya perdí el miedo. Fueron 17 años de silencio y acabé diciendo basta. El detonante fue el asesinato de las dos hermanas de Moraña a manos de su padre.
-¿En algún momento tras romper la relación con su expareja vaciló o creyó haber obrado mal?
-No, nunca. Di el paso gracias a mi madre y nunca quise dar marcha atrás.
-¿En qué ha cambiado la situación de las víctimas de violencia de género desde que usted la sufrió, hace casi 20 años?
-Sigue habiendo casos de violencia, pero hace 20 años nadie denunciaba. Hoy en día se conocen más casos, pero aún así sigue siendo un problema escondido, porque no siempre se denuncia por miedo.
-¿Son lo suficientemente ágiles las tramitaciones de las ayudas económicas de emergencia, como las Risga?
-No. Conozco compañeras a las que no les conceden las ayudas mientras no hay sentencia. Y comer se come todos los días.
-¿Pueden reinsertarse los agresores y llevar una vida normal en pareja?
-Creo que quien levanta la mano una vez, lo hará otra vez tarde o temprano por mucha cárcel que le impongan. El que es celoso, será celoso siempre.
