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El "rey de los mariscos" regresa a la mesa

"Cuando 'enmalla' así da gusto levantar los miños"

Los pescadores muestran su satisfacción por la abundancia de producto

Centollos atrapados en los miños del barco "Pontes". // Muñiz

FARO acompañó ayer a los pescadores de centollo de O Grove para constatar que este arranque de campaña está claramente marcado por la abundancia.

No hay duda alguna de ello, pero por si alguien la tiene baste decir que la lonja meca no solo arrasó el lunes -la jornada inaugural- al vender 4.126 kilos, sino que volvió a hacerlo ayer, cuando a las ocho de la tarde, y después de tres horas de subasta, se habían superado ya los 4.300 kilos despachados -a esa hora eran 1.500 en la de Cambados-, esta vez con un precio máximo de 17 euros y una cotización media de trece euros por kilogramo, quedándose ésta en diez euros en la rula cambadesa.

Pero los pescadores no necesitan conocer los datos relativos al volumen subastado en lonja para saber que "puede ser un año de centollo".

Les basta con ver lo que sucede en sus barcos en cuanto el sol empieza a asomar y el centollo no deba de subir a bordo a medida que se recogen las redes, antes de depositar al crustáceo en las cajas para sacudir los "miños" y volver a largarlos al agua.

Tal es la abundancia que algunos pescadores se permiten el lujo de ser más selectivos que nunca, de tal modo que si notan vacío el centollo que desenredan de sus "miños" lo devuelven inmediatamente al agua, sabedores de que otros más contundentes estarán por subir a bordo.

"Cuando 'enmalla' así da gusto trabajar", manifestaba uno de los marineros que ayer disfrutaban de la soleada mañana de faena en aguas de O Grove.

Soleada y corta, ya que los topes se alcanzan pronto, lo cual permite a la flota regresar antes a tierra para empezar a pensar en el día siguiente y para disfrutar del momento de gloria en la lonja cuando el producto vendido alcanza precios realmente rentables para sus intereses.

Y no cabe duda de que lo están siendo, ya que si bien en la subasta realizada ayer fueron solo 152 kilos los que se vendieron a 17 euros, no es menor cierto que otros 1.525 kilogramos salieron de la lonja a un precio de 16 euros, que no está nada mal.

A estos lotes se sumaron 118 kilos vendidos a quince euros, 213 a catorce, 145 a trece, 709 a doce y 17 kilos a once euros, marcándose la facturación mínima establecida como punto de retirada, la de diez euros, para los cerca de 1.457 kilos restantes.

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