El jefe de desarrollo de Alcampo, Javier Marín, ha declarado que la puesta en marcha del nuevo hipermercado en la avenida de As Carolinas, en Vilagarcía, no va a suponer un conflicto de competencia con el comercio ya establecido en la ciudad, porque la oferta de esta cadena es distinta y está destinada a atraer a nuevos clientes a esta zona, que se trasladaban a otras ciudades para comprar en grandes superficies. El nuevo establecimiento abrirá sus puertas el martes a partir de las 9 de la mañana.

Los representantes de la multinacional se sienten al margen de la polémica creada por el proyecto del área comercial en los terrenos de la antigua fábrica de Megasa y consideran que no les perjudica la eliminación de la galería de pequeños locales, debido a su completa oferta comercial.

"Hubiera sido deseable tener el acompañamiento de la galería comercial, pero dado el tamaño que tenía, era muy pequeña, sin ella podemos realizar la oferta comercial sin problemas", apuntó Marín.

El directivo recordó que la empresa que gestiona Alcampo, Auchan Retail España, no es la promotora del centro comercial, sino que tienen el local en régimen de alquiler al promotor.

La superficie del hipermercado es de 5.000 metros cuadrados de sala de venta en la que los clientes podrán encontrar 35.000 referencias de productos. Además cuenta con 350 plazas de aparcamiento y una gasolinera que permanecerá abierta entre las seis de la mañana y las doce de la noche.

En cuanto al posible problema de tráfico que podría generarse por la entrada y salida de los coches a este establecimiento, los directivos de Alcampo creen que en los primeros días, debido a la novedad, sí podrían producirse algunas retenciones de tráfico, aunque la situación se regularizará con el paso de los días.

Preocupación en Cambados

La implantación del hipermercado Alcampo no preocupa en Vilagarcía, aunque sí en algunos municipios del entorno. La agrupación política Somos Cambados expresó ayer su preocupación por entender que la apertura de este establecimiento comercial en la ciudad vilagarciana podría tener un impacto negativo en el comercio cambadés.