Lo que mal empieza, mal acaba. Un dicho que parece haberse cumplido en el caso de la relación entre la familia del escultor Francisco Asorey y el cuatripartito de Cambados. Tanto es así que los descendientes del artista están intentando organizar la que sería cuarta edición de su premio de escultura, pero ya han decidido que lo harán al margen del Ayuntamiento de Cambados. "Lo descartamos porque esa relación terminó, y donde no nos llaman, no vamos", afirmó ayer el secretario del colectivo cultural, Vicente Pérez.

"Hace más de un año que no hablamos los unos con los otros. La situación se ha ido deteriorando por falta de comunicación, y nosotros no queremos molestar. Pero ellos (por el Ayuntamiento) tampoco nunca mostraron demasiado interés por contar con nosotros o por el certamen de escultura", añade.

La asociación Francisco Asorey está formada por algunos descendientes directos del artista natural de Cambados. En 2014 organizó la primera edición de un premio de escultura -el único de sus características de Galicia-, con la colaboración de varias entidades, entre ellas el Ayuntamiento de Cambados. En los dos años siguientes se mantuvo el certamen y la colaboración, lo que contribuyó a que año a año mejorase la proyección del mismo -ya llegaron varias obras de fuera de Galicia- y la calidad de los trabajos. Pero esta evolución se cortó de cuajo este año, puesto que ya ni siquiera se convocó el certamen. Las aguas ya bajaban revueltas.

Vicente Pérez apunta que cuando se produjo el relevo de gobierno en Cambados estuvieron varias semanas sin saber nada del Ayuntamiento, a pesar de que se echaban encima las fechas para organizar la exposición del certamen de ese año. "Incluso tuvimos que enviar varios correos certificados", prosigue Pérez.

Y tampoco salieron bien las cosas a raíz de la exposición de obras finalistas de la edición de 2016, que ganó un artista de Meaño, Francisco Pazos. A la asociación no le gustaron unos detalles del Ayuntamiento, y eso fue, supuestamente, la gota que colmó el vaso. El resultado es que en 2017 la asociación ya no convocó el premio, a la espera de encontrar otros compañeros de viaje.

Difícil de reconducir

Los desencuentros entre la asociación Asorey y el actual gobierno de Cambados parecen difíciles de resolver. Pérez se queja de que "la alcaldesa no ha acudido ni a uno solo de nuestros actos desde que es alcaldesa", lamenta. Además, recuerda que hace año y medio que el Concello debería haberles devuelto la obra que ganó el primer año el premio. "Esa obra la pagó la asociación y nos pertenece. El contrato con el Concello establecía que la cesión sería por dos años, y ya pasaron hace tiempo".