El nautilus o nautilo es una especie considera un fósil viviente; podría tratarse del cefalópodo más antiguo, ya que ha estado presente en el planeta desde hace quinientos millones de años. No suele reproducirse en cautividad, pero en el Acuario O Grove tienen ese sueño desde hace mucho tiempo. Y las esperanzas son mucho mayores ahora, cuando se ha constatado la puesta de cinco huevos.

En los tanques de estas instalaciones, asentadas en el espacio museístico y turístico de Punta Moreiras, cuatro ejemplares de este familiar directo del pulpo con forma de caracol -que comparten espacio con un par de cangrejos de herradura- son actualmente el foco de atracción y atención no solo para los responsables del centro y sus visitantes, sino también para la comunidad científica, como en ocasiones anteriores sucedió con las puestas y la exitosa reproducción de caballitos de mar, tiburones y otras especies.

José Antonio Crespo, el biólogo que dirige este centro zoológico implicado desde hace años en programas de reproducción en cautividad, no oculta su entera satisfacción tras comprobar la puesta de los nautilus, aunque reconoce que "no será fácil que los huevos lleguen a eclosionar", y aunque así fuera tampoco resultaría sencillo que las crías llegaran a sobrevivir.

Pero "la esperanza es lo último que se pierde", de ahí que en el Acuario O Grove intensifiquen más si cabe los mimos que precisan los nautilus "para tratar de lograr la reproducción en cautividad de esta especie, ya que se trata de una aspiración tanto nuestra como de los demás acuarios del mundo".

Propio del Pacífico y el Índico, este molusco cefalópodo que se alimenta de peces, crustáceos o carroña -mientras que se convierte en presa para el pez ballesta y los tiburones-, es capaz de vivir hasta veinte años, aunque necesita entre cinco y diez para alcanzar la madurez, y solo pone una docena de huevos anualmente en el medio natural, resultando francamente difícil que lo haga en cautividad.

Puede sobrepasar los 30 centímetros de ancho y se caracteriza por disponer de una llamativa concha fina y lisa, alternando bandas de color blanco con marrón. La peculiaridad es que se trata de una concha externa, mientras que en cefalópodos como los calamares o sepias es interna.

Dicen los expertos que forma cámaras dentro de la concha, moviéndose para ocupar siempre la más externa y dejando las restantes llenas de gas. Puede llegar a formar una treintena de esas cámaras, separadas entre sí por tabiques.

Fuera de la concha quedan a la vista los noventa tentáculos del nautilus, que a diferencia de lo que sucede con otros cefalópodos carecen de ventosas.

Esta especie, que dispone de un pico córneo similar al de los pulpos, el cual emplea para romper la concha de otros moluscos, presenta reproducción sexual.

Al parecer el macho utiliza su olfato para encontrar a las hembras -lo usa también para cazar, ya que tienen una deficiente visión- y se reproduce mediante fecundación interna, ya que el macho dispone de cuatro tentáculos modificados para formar el órgano copulador.

Lo que hace es recoger los espermatóforos -espermatozoides envueltos en una cubierta gelatinosa- de la cavidad paleal para depositarlos en la de la hembra. Y ya dentro la cubierta de protección se desintegra dejando el esperma libre.

Los huevos tardan doce meses en eclosionar. La hembra los deposita en aguas poco profundas, en el caso del Acuario O Grove adheridos a las paredes laterales del tanque que ocupan.

Si llegan a eclosionar y dentro de un año el acuario meco puede presumir de crías de nautilus el público podrá ver a los recién nacidos cuando apenas tengan treinta milímetros de largo.

Ahora que se anuncia la puesta de huevos de nautilus en el Acuario O Grove puede recordarse, como ya se explicó en otras ocasiones, que la nueva gerencia del centro zoológico lleva años implicándose en el cumplimiento de la Ley 31/2003 de conservación de la fauna silvestre, con la que se regula la actividad en "establecimientos públicos o privados que, con independencia de los días en que estén abiertos", están obligados "a la elaboración, desarrollo y cumplimiento" de programas de "conservación ex situ de especies de fauna silvestre que, al realizarse fuera de su hábitat natural, deben estar orientados a contribuir a la conservación de la biodiversidad".

Es por ello que en el centro que dirige José Antonio Crespo tratan de desarrollar "programas de investigación científica que redunden en la conservación de especies animales"; como también acciones de formación "en técnicas de conservación de especies animales".

Los planes de reproducción llevados a cabo con corales, musolas, pintarrojas y caballitos de mar son solo un ejemplo del trabajo realizado en las piscinas de Punta Moreiras, ahora reforzado con la puesta de los huevos de nautilus.

La "participación en programas de cría en cautividad con fines de repoblación o reintroducción de especies animales en el medio silvestre o de conservación de las especies" es otro de los objetivos que establece la legislación vigente para este tipo de instalaciones.

Como lo es el intercambio de información e incluso de animales entre el acuario meco y otros centros de España -esto incluyó el traslado de un gran tiburón- y el desarrollo de un trabajo divulgativo que se realiza tanto en los tanques de Punta Moreiras como en las redes sociales.