Es la última romería del año en Vilanova y todo un acontecimiento social, gastronómico y religioso en la comarca. El entorno de la pequeña capilla de San Simón, en la parroquia vilanovesa de Baión y a los pies de la PO-531 volvió a convertirse en lugar de parada obligatoria ayer, sobre todo, para degustar un buen pulpo á feira regado con tazas de tinto recién cosechado.

Los ocho puestos de comida que se encuentran instalados en las proximidades de la capilla o en las inmediaciones del campo de la fiesta del polígono, estuvieron prácticamente llenos a la hora de comer, lo que significa que más de 2.000 personas, la capacidad que poseen, apostaron por acercarse a San Simón y disfrutar de la gastronomía. Las fiestas, que arrancaron el pasado viernes, vivieron ayer su día grande, una situación que arrancó en la noche anterior, con la actuación de las orquestas Panorama y Marbella, que llenaron el entorno de la capilla y el campo de la fiesta, haciendo prácticamente imposible circular por la PO-531, que une Vilagarcía con Pontevedra. Pese a que el campo de la fiesta se trasladó al polígono industrial, este continúa siendo uno de los grandes problemas de San Simón al que no se le encuentra una solución definitiva, causando importantes retenciones de tráfico por la constante presencia de personas en la calzada.

A las 13.00 horas de ayer, la pequeña capilla acogió una misa solemne, con su tradicional procesión por la carretera, llenándose el pequeño templo de devotos que, minutos después, estarían en las carpas gastronómicas. Antes de la verbena nocturna, el protagonismo fue para los más pequeños, que pudieron disfrutar de una fiesta infantil, mientras que por la noche, la música estaba previsto que la impulsasen las orquestas Gran Parada y América.

Las fiestas de San Simón finalizan en el día de hoy con la misa de campaña en el campo de la fiesta a las 13.15 horas y con una verbena que protagonizarán las orquestas Los Satélites y Pontevedra.