Una comisión judicial accedió ayer pasadas las diez de la mañana a un piso ubicado en la calle Vista Alegre (Vilagarcía) para desahuciar a la familia que lo habita en régimen de arrendamiento desde hace un par de años. Se trata de Celia de Deus y sus dos hijos -de 13 y 18 años-, que disponen de un plazo de cinco días para recoger sus pertenencias y abandonar la vivienda, según figura en el auto de lanzamiento. "El martes debemos estar fuera y no tenemos a dónde ir, me voy a quedar en la calle con dos hijos", relata desesperada Celia, una mujer de origen portugués que lleva 13 años viviendo en Vilagarcía, donde no tiene familia que le pueda echar una mano.

La afectada admite haber contraído una deuda con el propietario de la vivienda que ronda los 1.300 euros, aunque aclara que el pasado mes de julio -mediante ingreso bancario- le entregó 500 que logró reunir para saldar parte del impago. Además del alquiler, tampoco abonaba los recibos de agua y luz. "Me despidieron como ayudante de cocina, un trabajo por el que cobraba 800 euros, y pedí la Risga hace varios meses", lamenta Celia, que asegura no tener ningún tipo de ingreso. Según su relato, ha estado pidiendo en la calle para alimentar a sus hijos: "O comíamos o pagaba el piso", dice.

La vivienda se ubica en la tercera planta de un edificio antiguo de la calle Vista Alegre. La renta mensual asciende a 260 euros. "Fue el piso más barato que encontré y está en muy malas condiciones. Tiene humedad por una terraza que hay encima", explica la residente desahuciada.

Siempre según su versión, los problemas comenzaron hace medio año aproximadamente. El dueño de la vivienda denunció el impago en los juzgados y en julio Celia de Deus recibió una notificación que le informaba de la fecha del lanzamiento: el 20 de octubre. Fue entonces cuando ingresó los 500 euros en la cuenta del arrendador -el día 31 de ese mes- pero el proceso no se paralizó, pues esa cantidad no cubría la deuda.

Desde el Ayuntamiento de Vilagarcía apuntan que los Servicios Sociales son conocedores "desde hace tiempo" de este caso, si bien evitan dar información al respecto aduciendo que deben preservar el derecho a la intimidad de los afectados.

Presupuesto

Ayer por la mañana, después de la ejecución del lanzamiento por parte de la comisión judicial, Celia se dirigió nuevamente a Servicios Sociales en busca de ayuda. Fue atendida y el lunes debe volver al Concello para entregar el presupuesto de un piso en el que ser realojada. Ayer por la tarde la afectada logró el documento por parte de una inmobiliaria, por lo que, ya más tranquila, se mostraba esperanzada en lograr un hogar antes del martes gracias a la ayuda del Ayuntamiento y también en empezar a cobrar la Risga a finales de este mes de octubre. Celia también tocó a la puerta de Cáritas y está a la espera de que la llamen.

En el momento del lanzamiento en la vivienda de Vista Alegre, ayer por la mañana, solo estaba en casa la hija mayor de Celia. En el auto se recoge que la comisión judicial procedió a forzar la cerradura porque al timbrar nadie abrió la puerta. La joven declaró que ella desconocía que se iba a proceder al desahucio y que por norma no abre a desconocidos.

Así las cosas, la comitiva judicial reventó la cerradura y se colocó una nueva. Facilitaron a la familia desalojada una llave para que puedan retirar sus pertenencias y seguir viviendo en el piso hasta el martes como fecha límite.

Después de los momentos de angustia y tensión vividos por la mañana a raíz del desahucio y del temor de quedarse en la calle, por la tarde Celia ya estaba más calmada y con confianza en lograr un realojo provisional en otra vivienda.