Aunque con retraso considerable respecto a lo inicialmente previsto y deseado, el grupo Pescanova aspira a estrenar el año que viene el centro de I+D+i proyectado en O Grove, el cual ocupará los terrenos -unos 400 metros cuadrados- de la vieja piscifactoría de Insuíña.
Los tanques de rodaballo de cultivo existentes en estas instalaciones del barrio de Ardia ya se vaciaron durante el verano, por lo que ahora la empresa está únicamente a la espera de conseguir la licencia definitiva para iniciar los trabajos, que tendrán una duración aproximada de un año.
A este respecto el alcalde José Cacabelos explicó ayer que "no depende solo del Concello de O Grove, ya que la parcela en la que van a edificar se encuentra en suelo rústico, y por tanto antes de conseguir nuestra licencia deben presentar una serie de informes favorables y permisos sectoriales que debe emitir la Xunta".
En cuanto estos escollos administrativos se superen podrá desarrollarse el proyecto, que supone un desembolso de 4,5 millones de euros y constituye una actuación enormemente positiva no solo para los intereses de la firma y el sector acuícola, sino también para el Concello de O Grove.
En ello incide Juan de la Cerda y López-Vaspino, director corporativo de I+D, Calidad y Sostenibilidad del grupo Pescanova, quien asegura que en esta compañía apuestan por la acuicultura "para garantizar la sostenibilidad de los recursos marinos".
Fue uno de los oradores del Foro de los Recursos Marinos y la Acuicultura de las Rías Gallegas (Foro Acui), celebrado en la pasada Festa do Marisco de O Grove. Y en ese marco destacó la importancia de las instalaciones a construir en Ardia, el Pescanova Biomarine Center, que aspira a convertirse en "el primer centro tecnológico de la acuicultura privado de España y, probablemente, uno de los tres más importantes de Europa".
En palabras del propio Juan de la Cerda y López-Vaspino, este centro "posicionará a Galicia en la vanguardia de la I+D mundial en acuicultura". Para lograrlo se asentará sobre cuatro pilares estratégicos, entre ellos "la mejora del cultivo de especies actuales, como rodaballo, langostino y tilapia", aplicando procesos vinculados a la genética, nutrición, manejo y salud.
Otro pilar esencial será el de la investigación en nuevas especies, "asegurando el futuro de la empresa". Se hará, dicen en Pescanova, "en un marco de sostenibilidad y apoyándonos en las herramientas del entorno, como la industria 4.0 (robótica, inteligencia artificial y big data) y el medio ambiente, trabajando en la eficiencia, el ahorro energético o en mejoras competitivas".
Paralelamente, el Biomare Center, que "integrará a colaboradores tecnológicos, industriales, sociales y gubernamentales", dará prioridad al I+D+i para desarrollar programas de selección genética "focalizados en la velocidad de crecimiento, índices de conversión y resistencia a enfermedades"; al tiempo que se incidirá en el desarrollo de "nuevos sistemas de cultivo vinculados a una reducción de los costes operacionales.
Asimismo, la utilización de nuevas tecnologías en las vacunadoras de peces, clasificadoras, visión artificial y muestreadoras; la aplicación de nuevos procedimientos de control y diagnóstico de patologías, tanto a nivel de vacunas como métodos de diagnóstico, probióticos y demás, son otros frentes en los que trabajar desde el edificio a construir en Ardia, donde se apostará también por el desarrollo de nuevas presentaciones, la expansión a nuevos mercados y la preservación medioambiental mediante planes de valorización de residuos y efluentes, entre otros.
Todo ello, advierte Juan de la Cerda y López-Vaspino, "con el consumidor siempre en el punto de mira".
