El incendio forestal del domingo en Xiabre, que se propagó por Catoira y Valga ha dejado en este último término municipal un balance aproximado de 45 hectáreas de monte quemado, según el Ayuntamiento. Las zonas más afectadas fueron las parroquias de Setecoros y Cordeiro, y los servicios de emergencias siguen en alerta, puesto que hay puntos donde todavía queda mucho humo e incluso pequeños focos de fuego. Por ello, el trabajo que se está llevando a cabo en las últimas horas se basa sobre todo en asegurar los perímetros para evitar que las llamas revivan.

En este sentido, el Ayuntamiento apunta que "aunque la lluvia caída durante la tarde de ayer ayudó en las tareas, no fue lo suficientemente abundante, y es necesario garantizar que no vuelvan a producirse situaciones de peligro". En Valga, el incendio puso en riesgo varios inmuebles de las aldeas de Cerneira, Igrexa y Rexenxo. Según las primeras estimaciones, se iniciaron en tres focos distintos, y prácticamente de forma simultánea.

Por otra parte, el Concello de Valga celebró ayer al mediodía una concentración en repulsa a los incendios, en la que participaron el alcalde, concejales, trabajadores municipales y vecinos. Además, las banderas de la casa consistorial ondean a media asta.