La expansión de los composteros comunitarios en Vilagarcía quedó en stand by a raíz del conflicto surgido entre el Concello y los vecinos de A Florida, pero no ocurre lo mismo con los individuales. El concejal de Medio Ambiente, Lino Mouriño, asegura que el Ayuntamiento dispone desde el mes de septiembre de 30 recipientes para reciclar residuos orgánicos que probablemente en el mes de noviembre se repartirán entre los vecinos que lo solicitaron. "El año pasado distribuimos 70 y ahora vamos a entregar 30. Ya hay gente anotada para una siguiente tandada", apunta el edil.
El propio Mouriño tiene un compostero individual en su vivienda. Defiende este sistema de reciclaje, pues "a diferencia de lo que se piensa, no huele". "Debido al calor anormal de estos días, tenemos mosquilla en los recipientes, pero solo si abres la tapa", puntualiza el concejal socialista.
Actualmente en Vilagarcía solo está en funcionamiento un compostero comunitario. Se encuentra en O Piñeiriño. El responsable municipal de Medio Ambiente calcula que "en función del volumen de residuos que se está moviendo, lo están usando más de 200 personas". Por ahora todavía cuentan con el maestro compostero de la Diputación.
Mouriño dice que esperará al menos hasta el año que viene para poner de nuevo sobre la mesa la ampliación del sistema de reciclaje de residuos orgánicos a otros barrios de la ciudad.
En breve los operarios municipales comenzarán con los trabajos de poda de los árboles de la ciudad. Los restos sirven para elaborar tratante que mezclar con los residuos en los composteros. El concejal anuncia que al igual que el año pasado, este también se reparten de forma gratuita entre los vecinos. Los interesados deberán acudir a los bajos del Auditorio los viernes en horario de 13.45 a 15.00 horas.
El Concello de Vilagarcía se sumó al Plan Revitaliza de la Diputación de Pontevedra. A través de este programa provincial, Ravella colocó un primer centro de compostaje en O Piñeiriño y debido a la alta demanda instaló un segundo.
Sin embargo en otras zonas de la ciudad no ha cuajado la idea de convertir los residuos orgánicos en abono. Prueba de ello es Celso Emilio Ferreiro, donde el escaso interés del vecindario impidió la puesta en marcha de un compostero.
En A Florida los residentes se organizaron y lograron que el Ayuntamiento se echase atrás en su intención de colocar un recipiente para llevar a cabo este tipo de reciclaje natural. El conflicto llegó al pleno de la corporación, a donde acudieron los vecinos.
En cambio en las viviendas unifamiliares sí que está habiendo demanda.
