El "muiño do Crego" era un viejo molino de maquía que aparece documentado en el Xatastro del Marqués de la Ensenada, donde se precisa que el molino se servía del agua del río Lotar, que así era conocida la zona de fincas en que se enclava. José González Presbítero fue el primer propietario del que se tienen noticias, y de él fue heredado a través de generaciones hasta el que a finales del siglo XIX llegó a manos de Miguel Padín Laredo, "un cura sin cargo de parroquia -explica Pablo Dovalo- que era conocido como "O crego de Quintáns, de ahí el nombre del molino". Existe constancia documental de su venta en el año 1918 por un montante de 1.000 pesetas -unos 6 euros de hoy-, 500 a abonar al contado.