El incendio que se originó a las cuatro de la madrugada del viernes en el piso de la cuarta planta del edificio ubicado en el número 42 de la calle Juan Carlos I, en pleno centro de Vilagarcía, se saldó con daños materiales y con el realojo de cuatro familias con niños por parte de Servizos Sociais del Concello. Otros inquilinos tuvieron que trasladarse a las casas de sus familiares, dado que aún permanecía el olor a quemado en el inmueble. Los efectivos de la Policía Nacional y de Bomberos investigan la causa de las llamas que devoraron el salón y dos habitaciones del 4º derecha.

Se trata de un inmueble de una única propietaria que no vive en la ciudad y que es gestionado por una agencia local, en el que viven un total de diez familias. El inquilino del piso siniestrado, Ramiro Barroso, declaró que estaba de madrugada con su pareja viendo la televisión cuando se inició el fuego en el salón, que atribuyó a un posible cortocircuito. Añadió que intentaron sofocar las llamas echando agua, pero nada pudieron hacer.

David Alfonso Pérez, vecino de la quinta planta, explicó que al filo de las cuatro de la madrugada oyó gritos en el piso situado debajo del suyo y empezó a oler a quemado por lo que reaccionó de inmediato saliendo al rellano y bajando para golpear la puerta de sus vecinos hasta que consiguió que Ramiro le abriera. Al ver que el fuego ya se había adueñado del salón, comenzó a llamar al resto de los vecinos para que desalojaran el inmueble y llamaran a los bomberos.

Acto seguido subió a su vivienda para despertar a su hermano, pero cuando quisieron salir el fuego y el humo les impedían hacerlo hacia la calle, por lo que David Alfonso optó por romper una ventana de la habitación de su hermano con una sombrilla y llevárselo por el tejado. Su hermano, Ovidio quería regresar al piso porque en su interior habían quedado el gato y la perrita, pero los animales se escondieron asustados por el siniestro. Dado que no eran capaces de encontrar a sus mascotas y que el calor se hacía cada vez más sofocante, optaron por salvarse ellos saltando a un tejado del inmueble más próximo.

Los bomberos, al llegar procedieron al desalojo de todos los inquilinos, algunos de los cuales presentaban síntomas de haber inhalado humo, por lo que fueron atendidos por una unidad medicalizada con profesionales del PAC de Vilagarcía que estuvieron en el lugar del siniestro de madrugada.

Todos los inquilinos estuvieron desalojados durante horas debido a la magnitud de las llamas y la gran carga térmica. Una vez que se extinguió el fuego, comenzaron las labores de ventilación del edificio.

Los bomberos pudieron rescatar con vida la perrita de los vecinos del quinto piso, pero no al gato que apareció muerto.

Tras la extinción del incendio se desplazaron al inmueble la concejala de Servizos sociais, Tania García, y personal de este departamento, para contactar con los inquilinos, así como el arquitecto municipal para inspeccionar y comprobar el estado del edificio.

Según avanzó el técnico, tras la inspección, no se detectaron daños en los elementos estructurales del inmueble, por lo que no existe riesgo para las personas. Los daños más llamativos fueron los registrados en la habitación donde se inició el fuego, así como en la anexa, en las que debido a las altas temperaturas quedaron al descubierto las bovedillas del techo. A pesar de ello, Servizos Sociais contactó con los inquilinos para ofrecer alojamiento en hostales de la zona hasta que se pudieran airear las viviendas. Varios de los afectados optaron por trasladarse con sus familiares, mientras que cuatro familias con niños sin red de apoyo de parientes aceptaron la propuesta municipal.

Fernando García, el vecino del piso situado en la misma planta del incendiado, fue uno de los primeros en pedir auxilio al oír los gritos de sus vecinos. Lamentó lo ocurrido aunque añadió que el suceso no le resultó extraño porque desde hacía un tiempo estaban pasando unas cosas muy raras en el edificio en relación con ese piso.

García optó por trasladarse a la casa de un familiar ya que, aunque su vivienda no resultó afectada por las llamas, aún persistía ayer un fuerte olor a quemado.

Fernando García se hizo eco del malestar de las familias que habitan este inmueble porque la agencia que lo gestiona les informó que el edificio tiene seguro, pero, al parecer, solo cubre los daños en las zonas comunes y no los que se produjeron en los otros pisos. También agradeció en nombre de sus vecinos la intervención del área de Servizos Sociais del Concello.