La gigantesca Finca do Ouro, que ocupa 45.000 metros cuadrados en pleno casco urbano de Vilagarcía, busca comprador. Los vecinos del entorno no son ajenos a la puesta en el mercado de esta enorme parcela de Rodrigo de Mendoza, pues un cartel de importantes dimensiones en la rotonda de A Laxe anuncia que está en venta. Hay diversidad de opiniones sobre el futuro que debe tener el solar, pero en lo que todas las personas consultadas ayer por este periódico coinciden es en la necesidad de darle un uso a la finca que beneficie a la ciudad.
Actualmente se pueden construir viviendas, si bien la situación urbanística de la parcela a medio plazo es una incógnita que no parece que vaya a desvelarse hasta que la revisión del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) -actualmente en la Xunta para la emisión de informes sectoriales- se someta a exposición pública.
Ayer mismo el alcalde Alberto Varela descartó realizar declaración alguna sobre la venta de la propiedad o sobre la calificación prevista en el nuevo plan, argumentando que se trata de una parcela privada y que su información urbanística se conocerá en el periodo de alegaciones.
Los vecinos, por su parte, sí se pronuncian sobre el futuro que les gustaría que tuviese la Finca do Ouro. Uno de ellos advierte de que la zona "está muy oscura" y que "deberían hacerse edificios para que la imagen sea acorde con la que existe en el resto de la calle Rodrigo de Mendoza".
Sin embargo Marcos Gómez, un residente de Fontecarmoa que ayer se dirigía a renovar su solicitud de empleo en una ETT de la zona, apuesta "por cualquier cosa menos construir más edificios".
Las personas preguntadas por FARO no echan en falta la dotación de nuevos servicios en Vilagarcía, por lo que auguran que el uso que tendrá la Finca do Ouro si logra encontrar un pudiente comprador es el residencial.
"Yo creo que se debería construir una urbanización de casas porque ya hay demasiados edificios", opina una residente de avanzada edad de Rodrigo de Mendoza.
Samuel Jones, un inmigrante residente en Vilagarcía piensa justamente lo contrario. "Hacen falta edificios -y modernos- para aprovechar mejor el suelo y que así puedan vivir en ellos más gente. Las casas de los ricos, en las afueras. También son necesarias más instalaciones deportivas para disciplinas de patinaje o bicicleta; solo hay unas en O Cavadelo", plantea.
María Asenjo y Miriam Arranz son dos madrileñas que viven en la capital arousana. Son madre e hija y cada una de ellas propone un proyecto distinto para la Finca do Ouro.
Miriam apuesta por edificar pero con viviendas unifamiliares, no bloques de pisos. Su madre vería con buenos ojos tanto la construcción de viviendas sociales "porque hay mucha gente que está en riesgo de exclusión", así como la apertura de una piscina municipal al aire libre. "Solo hay una cubierta en Fontecarmoa y te sorprendería la gente que vive en Vilagarcía que prefiere la piscina a la playa. Además la de A Concha-Compostela hay que limpiarla", expresa María Asenjo.
La inmobiliaria propietaria de la Finca do Ouro ya ha talado todos los árboles de la parcela para ponerla a la venta. Actualmente lo único que se erige en el solar es una casa de piedra en ruinas que se ubica en la parte del terreno más próxima a Rodrigo de Mendoza.
Miriam Arranz y María Asenjo
"Podrían hacer pisos sociales y una piscina municipal"
Marcos Gómez
"A mí no me gustaría que construyesen más edificios"
