A primera hora de la tarde de ayer, el concejal del grupo de gobierno de Vilanova, Manuel Sineiro, todavía no sabía si le habían denunciado o no a raíz de la gresca que se originó el domingo por la mañana en la casa da cultura de San Miguel de Deiro, donde iba a celebrarse una asamblea importante de la comunidad de montes. Pero, en cualquier caso, hizo un llamamiento al diálogo y la reconciliación. "Todos actuamos mal".

La junta rectora de la comunidad convocó una asamblea para someter a votación el alquiler de un pinar de O Castelete, que un empresario desea ocupar para construir un camping turístico. Pero hay una parte de la parroquia que no lo quiere.

La asamblea del domingo ya empezó con mal pie cuando un grupo de vecinos intentó acceder al interior de la casa da cultura y se encontró con que dos vigilantes privados se lo impedían, alegando que solo podían acceder al edificio quienes estuviesen dados de alta como comuneros. Fue en ese momento en el que Manuel Sineiro y el exedil Francisco Charlín tuvieron sus más y sus menos con los guardas, hasta el extremo de que un vecino les diría más tarde que habían sido denunciado los dos.

Pero Sineiro no se muestra resentido, sino todo lo contrario. "Las aguas tienen que volver a su curso. Cosas como lo del ayer (por el domingo) no pueden volver a suceder. Todos en un momento de tensión podemos actuar mal. No quiero andar con quién tiene la culpa y quién no. El caso es que el domingo no se habló, y hay que hablar".Edil del PP

Sineiro es concejal del Partido Popular, y aunque se ofrece a que el Ayuntamiento eche una mano a encauzar la situación, considera que no procede. "Esto es un asunto que hay que arreglar entre los vecinos. Si hace falta, sí que me ofrecería a que el Concello hiciese lo posible para que la situación se normalizase, pero creo que es un asunto que tenemos que arreglar entre nosotros". "Lo que no puede ser es que una parroquia esté dividida porque haya personas con opiniones diferentes. Lo que hay que hacer es expresar las opiniones con respeto, hay que tener sentidiño".

Sineiro accedió finalmente a la casa da cultura, pero no al salón de actos, que era donde se estaba celebrando la reunión. En este sentido, plantea que "lo que tenía cedido la comisión de montes era el salón de actos, pero no toda la casa da cultura. Así que lo que yo hice fue acceder a la casa da cultura, que es un edificio público. Pero a la asamblea no llegué a entrar porque solo podían pasar unos socios". La tensión fue tal que incluso se llamó a la Policía Local de Vilanova. No obstante, parece ser que al final no se interpuso denuncia alguna. A primera hora de la tarde, la Guardia Civil no tenía constancia de ninguna.

La junta rectora, por su parte, celebraba durante la tarde de ayer una reunión, y prevé hacer público en los próximos días un escrito para dar su punto de vista.

Los dos planteamientos

La directiva de los comuneros defiende el alquiler. Alega por ejemplo que se ingresarían 30.000 euros anuales durante 30 años, y que ese dinero se reinvertiría en mejoras para la parroquia y en ayudas a las entidades sociales. Además, añaden, se crearían puestos de trabajo, y los comuneros tendrían descuentos en las instalaciones del camping, como la piscina, el alquiler de canoas o las escuelas de verano.

No obstante, los detractores consideran que el proceso se ha llevado de forma oscurantista, creen que un arrendamiento por 30 años es excesivo, y temen que se pudiese ver perjudicado un cocedero que emplea a más de 50 personas.