Las obras del auditorio de O Esteiro, en Vilanova de Arousa, no se estrenarán con el inicio del próximo año. El nuevo edificio tendrá que aguardar hasta el mes de febrero para abrir sus puertas, tal y como se reconoció ayer en la comisión de seguimiento de las obras, en la que participaron miembros de la institución provincial y del Concello para analizar la situación en que se encuentran.

Este nuevo mes de retraso de una obra que debería haber finalizado en 2015 se debe, en esta ocasión, a un trámite meramente administrativo, la Diputación tiene que recuperar los depósitos de los acopios que todavía se encuentran en manos de la anterior empresa adjudicataria, a la que se le rescindió el contrato, y entregárselos a la firma que está acometiendo las obras. Conseguirlo llevará aproximadamente un mes, tiempo que se dilatará en el futuro.

Así lo reconocía al término del encuentro el edil de Industria, Javier Tourís, que espera que esta nueva dilatación temporal no modifique, de manera sustancial, los plazos que manejaba el Concello para disponer de este espacio.

La conversión de la antigua casa da cultura de O Esteiro en un auditorio municipal se inició días antes de las elecciones municipales. La obra fue diseñada por el anterior gobierno de la Diputación y consistía en una remodelación integral para modernizar el inmueble, al que se le sumaría un auditorio. El objetivo era inaugurarla a la par de la celebración del 150 aniversario de Valle-Inclán. Sin embargo, el cambio de gobierno en la administración provincial descubrió un problema que no se había contemplado en el proyecto inicial: la existencia de una línea de media tensión en las inmediaciones que se encontraba en el área de influencia de la obra. La Diputación tomó entonces la decisión de paralizarla, contra el criterio del Concello y de la empresa que estaba llevando a cabo la actuación, una decisión que tomó de forma unilateral y que encendió de cólera al alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán. Durante meses, las obras estuvieron paralizadas, salvo unas pequeñas actuaciones para evitar que se degradase la parte construida, y se acabó rescindiendo el contrato con la anterior firma.

Finalmente, las dos instituciones encontraron una solución, que pasaba por ceder la dirección de la obra al Concello, siendo este el que celebrase el concurso y contratase a la nueva empresa, mientras el ente provincial se encargaba de cubrir gran parte del coste (600.000 euros) y supervisar el proyecto del Concello. Tras casi dos años sin obreros en el lugar, el futuro auditorio de O Esteiro vuelve a tener una actividad frenética para finalizar la actuación.