El alcalde de A Illa, Carlos Iglesias, puso el grito en el cielo el pasado fin de semana por las insuficientes conexiones por autobús que hay entre ese municipio y el Hospital do Salnés. Pero el problema que padecen los residentes en A Illa también lo sufren en Cambados y Ribadumia.

Y es que si el caso de A Illa es sangrante, el de Ribadumia todavía lo es más. Los únicos vecinos de todo el municipio que tienen acceso a un transporte directo con el hospital comarcal son los de Sisán, ya que el autocar procedente de O Grove hace una parada justo antes de cruzar el puente de Castrelo.

Así las cosas, un vecino de las parroquias de Barrantes, Ribadumia, Leiro, Besomaño o Lois tendría que recorrer una distancia de más de seis kilómetros para llegar a Sisán y tomar el autobús. Otra opción sería coger un autocar que les llevase a Cambados -sí disponen de varios- y una vez allí hacer un transbordo a otro que fuese al Hospital o, por lo menos, al centro de Vilagarcía, donde tendrían que coger un tercero hasta el centro sanitario.

El alcalde de Ribadumia, David Castro, recuerda que el problema no es nuevo, puesto que "ya en su día se mostraron quejas por las malas comunicaciones de Ribadumia con el Hospital". "Nuestra situación es francamente mejorable. Pero tenemos la esperanza de que esto se solucione cuando se desarrolle el plan de transporte comarcal de la Mancomunidade do Salnés".

No obstante, esta solución no llegará de la noche a la mañana. Ya el difunto alcalde de Meaño, Jorge Domínguez, intentó poner en marcha un servicio supramunicipal de autobuses, sin lograrlo. Su sucesor en el cargo, el alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, también lo ha intentado, pero de nuevo sin éxito. "No es algo que dependa ni de la voluntad de los alcaldes ni de que los concellos pongan dinero. La ley lo impide en estos momentos, porque un concello no puede gestionar una línea supramunicipal".

Según Durán, este escollo se salvaría si las mancomunidades o las asociaciones de municipios pudiesen tener sus propias líneas de transporte público, un derecho que sí está previsto para las áreas metropolitanas. O Salnés le ha hecho una petición en este sentido a la Xunta de Galicia, pero siguen esperando la respuesta. Mientras tanto, a vecinos como los de Ribadumia que no puedan ir al Hospital en sus coches no les quedará más remedio que llamar un taxi o depender de familiares o vecinos.

La situación en Cambados es bastante mejor, aunque tampoco ideal. Tienen tres frecuencias directas al centro sanitario, que salen de la estación de autobuses sobre las 7.20, las 9.50 y las 16.20 horas.

Para volver, el autobús puede recogerles a las 12.00, las 17.00 y las 19.40 horas. No son demasiados viajes, y la situación podría ser compleja para quienes tuviesen una cita antes de las 10.00 -tendrían que levantares sobre las 6.30 horas para tomar el principal autocar-, o después de mediodía, pues no tendrían línea de vuelta a casa hasta las cinco de la tarde.

Desde el centro de Vilagarcía

Pero ese inconveniente se mitiga algo en Cambados porque sí hay un número mayor de líneas entre la Vila do Albariño y el centro urbano de Vilagarcía. Aunque no muchas más. Así, a las citadas antes se pueden sumar las de las 8.00, 9.30 y 18.30 horas en el caso de la ida hacia Vilagarcía; y cuatro más por la tarde de regreso. Los que opten por esta opción tienen que completar el viaje tomando uno de los siete autobuses que suben hasta el centro sanitario de Ande desde Vilagarcía -concretamente, desde el apeadero de O Cavadelo-, y los otros siete que bajan.

En Cambados, sin embargo, aspiran a unas conexiones directas y más cómodas con el Hospital, de ahí que hace algo menos de un año una asociación del centro de la localidad se dirigiese al cuatripartito para pedirle un microbús municipal como el de Vilanova. Pero no pudo ser.

La alcaldesa, Fátima Abal, explica que el concejal de Servicios Sociais, Constantino Cordal, y ella tuvieron en febrero pasado una reunión con el departamento de Mobilidade de la Consellería de Infraestructuras para solicitar permiso para dicho autobús. Pero se lo denegaron. La diferencia con Vilanova es que se trata de una línea estrictamente municipal, ya que aunque atraviesa un pequeño tramo de carretera que pertenece a Vilagarcía -desde la rotonda de San Simón-, todas las paradas de subida y bajada de los viajeros están dentro del término municipal vilanovés. En Cambados no sucedería eso, ya que tanto al final como al comienzo del viaje el autobús tendría que abrir sus puertas en Vilagarcía o Vilanova. Precisamente, estos dos municipios sí han conseguido resolver el problema.