La campaña de libre marisqueo, que se prolongará hasta finales de marzo -si el estado de los recursos lo permite- arrancó ayer en la ría de Arousa con una afluencia escasa de embarcaciones que, sin duda, tiene mucho que ver con las pesimistas previsiones de captura que se habían realizado y que, tristemente, parecen haberse confirmado.

Y es que si se hace caso de lo que opina el propio sector tras esa primera jornada de faena, los peores augurios parecen cobrar fuerza. Los vigilantes de las cofradías lo avalan al confirmar que, tras los pesajes realizados en los puntos de control, la mayor parte de los rañeiros fueron incapaces de conseguir los topes establecidos.

El problema no es únicamente que las capturas fueran reducidas, sino también que los precios, a pesar de esa escasez de mercancía, no acompañaron; siempre según explican en las diferentes cofradías de pescadores arousanas y algunos mariscadores.

En el banco marisquero de O Bohído, a caballo entre A Illa, Vilanova, Cambados y O Grove, "la mayor parte de los mariscadores regresaron a casa sin alcanzar los topes, por un lado debido a que en algunos casos son bastante elevados, pero sobre todo no los lograron porque hay mucho menos marisco que el año pasado".

A modo de ejemplo, explican en los pósitos, "el cupo para la almeja babosa estaba en cinco kilos por tripulante, y puede que el 70% de los mariscadores se quedaran en torno a los tres o cuatro kilos".

Con las demás especies ocurrió lo mismo, ya que "podíamos coger dos kilos de almeja fina y la mayoría volvimos a puerto con solo uno, mientras que el berberecho no apareció ni el primero".

Puestos a poner ejemplos puede decirse que desde la cofradía de O Grove habrían zarpado hacia los bancos de O Bohído 25 tripulantes que únicamente habrían sido capaces de recoger 21 kilos de almeja fina -el tope es de dos kilos por rañeiro-, 153 de babosa, doce de japonesa y un puñado de almejas bicudas o rojas.

La babosa, que en los primeros días de cada campaña "suele ser la más bonita", por lo que puede alcanzar en la lonja meca precios de unos veinte euros por kilo, ayer marcó un máximo de 14,10 euros, vendiéndose a un mínimo de 10,90 euros, mientras que la fina cotizó entre los 23 y los 47,85 euros y la japónica salió a ocho euros el kilo.

Evidentemente en estos casos el resultado del primer día de actividad no es bueno. Aunque no todos opinan igual, pues hay mariscadores que creen que en el sector "estábamos mal acostumbrados, ya que antiguamente largábamos el raño y lo levantábamos lleno de marisco, de ahí que en un par de horas pudiéramos tener el cupo hecho".

Actualmente "no es así, ya que efectivamente hay menos marisco, y esto nos obliga a emplearnos a fondo y a trabajar durante más tiempo, pero no quiere decir que no se puedan lograr los topes fijados".

En cuanto a la afluencia de barcos aludida al principio, se explicaba hace días en FARO que en la ría hay más de 1.300 barcos con el permiso necesario para realizar esta actividad marisquera. Sin embargo fueron solo 658 los movilizados en esta jornada inaugural que muchos de los consultados definen como "el peor comienzo de los últimos tiempos".

Aunque después de ser despachados muchos optan por cambiar de zonas de trabajo -se mueven de unas a otras dependiendo del desánimo que sientan en los primeros lances-, oficialmente fueron 304 los barcos despachados para O Bohído, 138 para Cabío, 93 para los deteriorados bancos de Os Lombos y 123 para las "otras zonas" comunes de la ría arousana.