La vilagarciana Carmen Vilas celebró ayer en la residencia Divina Pastora sus cien años de vida en compañía de amigos y familiares y sopló las velas con la ayuda de los residentes que también celebraron en este mes su cumpleaños. La fiesta tuvo todos los ingredientes, incluido un espectáculo de magia, que se convirtió en el regalo sorpresa de la tarde.

Carmen Vilas, vivió toda su vida en el barrio de A Torre que estos días celebra las fiestas de San Miguel, evento muy significativo para la mujer centenaria que es la única superviviente de cuatro hermanos.

Su siglo de vida no le impide mantenerse activa e incluso elegir la ropa especial que iba a ponerse para la celebración de su cumpleaños. Estuvo participando en la organización de todos los detalles preparados para la fiesta, dirigiendo a sus compañeras de residencia.

Lleva dos años viviendo en el asilo vilagarciano y cuenta a todos que el secreto de su longevidad es trabajar mucho, tener una salud de hierro y quedarse soltera sin aguantar a ningún hombre; aunque sí reconoce que tuvo sus romances.

Como trabajadora desarrolló una larga lista de actividades; desde las propias del campo, pasando por empleada de un criadero de pollos en A Lomba, operaria en una fábrica de tableros de madera e incluso cuidando niños.